¿Cómo invertir mi capital? Esta es una de las preguntas más comunes que suelen hacerse los ahorradores.
Los mercados financieros comenzaron un repunte tras las históricas caídas que se vivieron en 2020, como consecuencia de la pandemia del coronavirus. En este contexto, si eres de los que mantienen unos ahorros, quizá te preguntes cuáles son las opciones que tienes a tu alcance y los entresijos de cada una de ellas.
¿Conoces tu perfil como inversor?
En principio, antes siquiera de comenzar a invertir un solo euro de tu capital, debes conocer cuales son los instrumentos financieros que mejor se adaptan a tu perfil de riesgo. Saber estas cuestiones te ayudarán a tomar la decisión correcta.
Hablar de tu perfil como inversor es hablar de la tolerancia que tienes al riesgo. No todas las inversiones financieras tienen el mismo nivel de riesgo, al igual que también ofrecen unos rendimientos diferentes. La rentabilidad es directamente proporcional al riesgo asumido: a mayor rentabilidad, mayor riesgo.
Básicamente podemos distinguir tres perfiles de riesgo:
- Conservador: este tipo de inversor se caracteriza por tener una muy baja tolerancia al riesgo. Así pues, prefiere salvaguardar su capital, exigiendo una pobre rentabilidad.
- Moderado: este perfil se encuentra entre conservador y dinámico. Tiene una cierta aversión al riesgo, pero no por ello renuncia a un plus de rentabilidad. Siente preferencia por las inversiones que tienen un binomio rentabilidad/riesgo equilibrado.
- Arriesgado: suele ser un inversor más experimentado. Tiene una alta tolerancia al riesgo y busca la rentabilidad (no por ello descuida el control del riesgo, sólo que está dispuesto a asumirlo en mayor grado).
¿Dónde invertir mi dinero?
La elección para invertir tú dinero es personal. A raíz de tu perfil de riesgo, debes decidir cuál es tu objetivo y el horizonte temporal de tu inversión. No existen dos inversores iguales y puede que la estrategia diseñada para ti no sea adecuada para otra persona.
A continuación, ofrecemos algunas de las opciones que tienes a tu alcance para invertir tu dinero.
Ahora bien, puede que te surja la siguiente pregunta: ¿es recomendable invertir todo mi capital en un solo lugar?
La respuesta, por supuesto, es no. En las inversiones financieras siempre es recomendable diversificar. La diversificación es la primera y más efectiva medida para reducir el riesgo.
Fondos de inversión
Invertir en fondos de inversión es la mejor forma de diversificar. De hecho, se trata de carteras diversificadas, compuestas por diferentes activos financieros, de las cuales compras participaciones.
Los fondos de inversión son patrimonios conjuntos, administrados por un gestor profesional que sigue una estrategia conocida de antemano por el inversor.
Existen tantos fondos de inversión como estrategias. De esta forma, el inversor puede escoger aquella que mejor se adapte a sus necesidades y su perfil de riesgo.
Otra de las características de los fondos de inversión es que gozan de absoluta liquidez. El inversor puede comprar (suscribir) o vender (reembolsar) participaciones en cualquier momento, sin que tenga que alterar el precio de las mismas. Además, los fondos de inversión gozan de una serie de ventajas fiscales.
Depósitos bancarios
Los depósitos bancarios a plazo fijo son, quizá, la alternativa para invertir capital más sencilla que existe. Podríamos decir que esta sencillez, unida al hecho de que no cotizan en un mercado financiero y, por lo tanto, no pueden depreciarse, son sus dos ventajas.
Pueden parecer un producto seguro, sin embargo, el hecho de tener que mantener una cantidad de dinero inmovilizado durante un período de tiempo equivale a perder de golpe toda la liquidez. En caso de necesitar el capital, no será posible que lo puedas retirar a no ser que asumas una penalización.
Además, debes tener presente que los intereses percibidos están sujetos a retención fiscal (19%). A esto hay que sumarle el efecto de la inflación. De modo que, si los depósitos bancarios no logran ofrecer un rendimiento que supere ambos gastos (uno de ellos oculto), en términos reales el inversor estará perdiendo dinero.
Son seguros porque no necesitas conocimientos en materia de finanzas para contratarlos, los rendimientos a conseguir no varían y son conocidos por el ahorrador y el capital no sufre ni revalorizaciones ni minusvaloraciones como consecuencia de cotizar en un mercado. No obstante, también tienen sus riesgos.
Acciones
Las acciones también son uno de los instrumentos financieros más populares para invertir dinero. Se trata de títulos que representan una parte del capital de empresas. Al comprar acciones se obtienen una serie de derechos, como el votar en las juntas y el obtener la parte de los beneficios anuales que decidan ser repartidos (dividendos).
Existen muchas y muy variadas estrategias con acciones de bolsa. Al igual que existen muchos tipos de empresas y de sectores económicos.
Las acciones suelen tener una gran liquidez, aunque también existen empresas pequeñas que no son muy negociadas. Pueden existir acciones que presentan un gran crecimiento, otras que ofrecen unos atractivos dividendos, algunas pueden estar infravaloradas en el mercado.
El problema es que para construir una cartera diversificada con acciones se precisa capital, tiempo y conocimientos financieros. Por ello, al invertir en un fondo de inversión de renta variable se invierte en toda una cartera indirectamente.
Si tienes interés en la inversión en acciones, te mostramos un artículo que puede serte útil:
Bonos
Los bonos son instrumentos financieros de deuda, puede ser deuda pública (gobiernos y organismos públicos, son los bonos del estado) o deuda privada (corporativa). Este tipo de activos se caracterizan porque ofrecen un interés que no varía. Por ello también son llamados activos de renta fija.
Al no tener variaciones en los rendimientos que ofrecen su cotización en el mercado financiero se vuelve más estable. Sin embargo, son sensibles a los cambios en tipos de interés y la inflación.
Pueden parecer más sencillos, pero lo cierto es que la inversión en renta fija requiere de unos cálculos más complejos que si decides invertir tu capital en renta variable (acciones). Además, la compra de los títulos requiere más capital y es más dificultoso confeccionar una cartera.
En este tipo de activos sí que destacan los fondos de inversión, puesto que los gestores profesionales pueden diseñar estrategias de renta fija más sofisticadas y se tiene la posibilidad de acceder a una cartera diversificada.
Los fondos de inversión de renta fija y los fondos mixtos incorporan este tipo de activos a sus carteras.
Invertir mi capital en otros activos
Existen otro tipo de activos financieros en los cuales invertir, como podrían ser los inmuebles, las materias primas o los derivados financieros.
Los inmuebles pueden parecer una atractiva inversión, sin embargo, además de ser muy poco líquidos (no como los bonos, las acciones y, sobre todo, los fondos de inversión) requieren un alto capital. Normalmente, para invertir en inmuebles se requiere recurrir a la deuda (una hipoteca), con lo cual son productos apalancados.
En cuanto a las materias primas, pueden ser una buena alternativa como elemento diversificador. El problema es que son mercados complejos en los que se requiere tener conocimientos. Activos tales como el oro o el petróleo no ofrecen ni intereses ni dividendos, la única rentabilidad proviene de la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta.
En cuanto a los derivados financieros (opciones, futuros, CFDs, etc.), son productos apalancados, complejos y arriesgados. No resultan aptos para el inversor particular.
En todo caso, a través de fondos de inversión puede obtenerse exposición a estos tres tipos de activos. Los fondos son uno de los vehículos más utilizados por los inversores particulares para invertir su capital debido a que se obtienen casi todas las ventajas:
- Liquidez.
- Diversificación.
- Adaptación al perfil inversor.
- Flexibilidad.
- Diversidad de estrategias y de tipos.
- Beneficios fiscales.
- Gestión profesional.
- Etc.