Un fondo de inversión es una Institución de Inversión Colectiva (IIC) compuesto por un conjunto de partícipes, bien personas físicas o empresas, que invierten parte de su capital en un vehículo de inversión (acciones, valores de renta fija, etc), dirigido por una entidad gestora, con el fin de obtener una rentabilidad económica, manteniendo la seguridad y la liquidez de su capital.
En general, el capital de los fondos de inversión es administrado por gestoras que bien pueden ser independientes o estar dentro de entidades financieras tradicionales.
Con la responsabilidad de invertir bien el dinero, estas entidades depositarias se encargan de buscar productos financieros en los mercados de valores:
Para invertir en fondos de inversión, una persona debe adquirir una parte del fondo en cuestión, que recibe el nombre de participación. El valor de una participación o la "liquidación del fondo" se calcula dividiendo el patrimonio del fondo, entre el número de participaciones en circulación, con lo que pueden poseerse varias participaciones o incluso fracciones de estas. Este valor cambia diariamente según la rentabilidad del fondo y otros factores del mercado.
El dinero que se invierte en el fondo es añadido e invertido en el catálogo de productos. Normalmente varios, según el criterio y la política de inversión escogida por la entidad gestora.
A menudo, dichas gestoras ofrecen distintos tipos de fondos de inversión a escoger, variando el tipo de activos financieros sobre el que invierten y con ello la ratio rentabilidad/riesgo, para captar distintos perfiles de ahorradores e inversores.
El total de los activos financieros que tiene el fondo de inversión se conoce como patrimonio del fondo.
Cada una de las participaciones representa una parte de la cartera y está diversificada del mismo modo que la cartera en sí. Por ejemplo, si el fondo invierte al 33% en tres productos financieros distintos, cada participación de ese fondo se divide entre esos tres productos de forma proporcional.
La rentabilidad de los fondos se calcula en base a los rendimientos de los activos sobre los que invierten durante un periodo determinado. El plazo de un fondo de inversión no suele estar limitado con un vencimiento salvo, por ejemplo, los fondos garantizados y algunos casos en los que el fondo así lo especifique.
En general, los fondos no garantizan una rentabilidad, salvo los garantizados que suele ser muy baja, porque su valor depende de la valoración de sus activos en cada momento. Es importante elegir correctamente los distintos fondos, a fin de minimizar los riesgos de valoración que puedan tener en el plazo que nos hemos fijado de inversión. Por eso, es importante seguir la evolución de los fondos de inversión a lo largo del tiempo. Elegir los fondos correctos o confiar en tu asesor financiero, independiente, de confianza para acertar en tu inversión.
Los fondos de inversión, como instrumento de ahorro, permiten una inversión diversificada. Invirtiendo en distintos productos e instrumentos financieros, con mayor o menor porcentaje, se controla y se reduce el riesgo de forma notable, maximizando la seguridad de la inversión y también las opciones de obtener un rendimiento positivo.
Los fondos de inversión son el vehículo de acceso a dichos mercados, pues son instrumentos de alta versatilidad y combinan el capital de muchos inversores para aspirar a un aceptable nivel de riesgo a cambio de un mayor potencial de alta rentabilidad, y a un coste inferior.
En el caso de entidades independientes, la gestión es transparente, de modo que cada cliente recibe información actualizada y resúmenes esporádicos de la actividad de sus fondos.
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