En este artículo abordamos todos los aspectos del efectivo como inversión y para quién es el mejor vehículo financiero.
Los puntos clave son:
- El efectivo tiene una probabilidad significativa de un rendimiento real negativo con el tiempo debido al riesgo de inflación.
- Nunca tiene efectivo en Fondos, ya que utilizamos acciones fraccionarias. Eso garantiza que cada euro, hasta el último céntimo, se invierta completamente en una cartera diversificada de acciones y bonos.
Los activos en efectivo pueden presentar un conflicto de intereses cuando el administrador de inversiones aconseja efectivo y luego lo reinvierte para sus propios ingresos. Para las metas que establezca en Fondos, nunca tiene efectivo porque usamos acciones fraccionarias para invertir cada céntimo depositado.
Partimos de esta premisa: el efectivo no es una buena inversión a largo plazo. Después de los impuestos, la inflación y su rendimiento esperado actual (cero), en realidad está perdiendo dinero cuando mantiene efectivo en su cartera de inversiones a largo plazo. En otras palabras, el efectivo es un lastre para sus devoluciones. Si debe retener el exceso de efectivo, debe hacerlo en un vehículo que ayude a mitigar los efectos de la inflación y sea eficiente desde el punto de vista fiscal.
No estamos solos en esta forma de pensar: grandes analistas y corredores españoles e internacionales destacan que el efectivo no aprovecha al máximo las inversiones. Si bien es cierto que algunos servicios de inversión requieren que tenga efectivo en su cuenta, en la práctica, su efectivo puede variar desde una pequeña fracción de su saldo hasta una asignación sustancial en su cartera.
Si el corredor o la herramienta puede realizar acciones fraccionarias, esa necesidad se vuelve muy mínima en la gran mayoría de escenarios.
Los costes del efectivo
El efectivo no es una inversión libre de riesgo y no pertenece a ninguna cartera de inversión de moderada a largo plazo. Actualmente regresa casi a cero y cuando se tiene en cuenta la inflación, se puede perder dinero. A más efectivo en la cartera y a más tiempo invirtiendo, menos valdrá la cartera en comparación con otra sin efectivo. Incluso una asignación del 6% pueden impactar los rendimientos de forma significativa.
Una muy pequeña cantidad la podemos considerar ineficiente pero aceptable, pero no como activo dedicado. Muchos inversores incentivan a sus clientes a tener más efectivo, simplemente porque ganan dinero con él (rozando el conflicto de intereses). Bajo la idea de guardar por si las cosas empeoran, se cae en una trampa que puede resultar muy costosa.
Finalmente, los riesgos se pueden administrar mucho mejor con bonos del tesoro, adquiriendo bonos protegidos contra la inflación, y se obtiene un rendimiento mucho mayor que con el efectivo. ¡Incluso en la crisis financiera de 2008 habría sido mejor invertir en bonos del tesoro que en efectivo!
Hablemos de eficiencia
Por último, hablemos de eficiencia. Como ya sabrá, la negociación en un intercambio solo ocurre en cantidades redondas de acciones completas. El resultado es un poco de dinero en efectivo permanentemente a un lado. Esta no es una manera eficiente de hacer las cosas.
En Fondos utilizamos acciones fraccionarias, lo que implica que se invierte hasta el último céntimo, para evitar caer en una inversión subóptima y comprender el papel potencial de obtener rendimientos máximos. En ese marco, el efectivo pertenece a una cuenta corriente o a una cuenta de ahorros, ni más ni menos.
En conclusión, invertir en valores siempre implica riesgos, y siempre existe el potencial de perder dinero cuando invierte en valores: incluso bonos del Tesoro. El rendimiento pasado no garantiza resultados futuros, y la probabilidad de resultados de inversión es de naturaleza hipotética. Antes de invertir, considere sus objetivos de inversión y los cargos y gastos de Fondos.