Es más que probable que hayas oído hablar del gran crecimiento que ha experimentado China en la última década. Pues bien, China entraría dentro de los que están considerados como países emergentes. Son economías que todavía no han alcanzado su madurez y se encuentran en fase de desarrollo y, por consiguiente, de crecimiento de su economía.
Los países emergentes están cargados de oportunidades y pueden ser una buena opción para invertir, siempre y cuando tengas muy presente si tu perfil encaja con este tipo de inversiones y tomes las medidas oportunas para paliar el alto componente de riesgo que presentan. Vamos a comprobar cómo los fondos de inversión en países emergentes pueden ayudarte en esta labor.
Se les llama países emergentes a aquellos que se encuentran en vías de desarrollo, por tanto, han pasado de una situación de subdesarrollo (basada en la economía de subsistencia) a una progresiva industrialización y crecimiento de su comercio, tanto interior como exterior.
Sus características son las siguientes:
Al hablar de países emergentes también nos referimos a economías emergentes y mercados emergentes: aquellos que pueden suponer una gran rentabilidad en nuestras inversiones (potencial de crecimiento). En sí mismos, los mercados emergentes son una fuente de oportunidades, pero son inestables y tienen un riesgo superior al que puede presentar una economía madura.
Existen otros países menos desarrollados que los llamados emergentes, sin llegar a tener un nivel de subdesarrollo: se denominan países frontera.
Según MSCI (creador de índices de referencia), son países emergentes:
Si atendemos a las características de los países emergentes que hemos citado, encontraremos una serie de factores que hacen interesante invertir en ellos:
Por otra parte, las inversiones en mercados emergentes no son adecuadas para todos los perfiles; presentan una gran cantidad de riesgos e inconvenientes:
Una vez analizadas las claves del potencial de rentabilidad que tienen los mercados emergentes, así como sus principales riesgos (al margen del riesgo individual de los propios activos), cabe preguntarse si es una buena idea destinar capital a este tipo de inversión.
Como suele suceder en las inversiones financieras, todo es relativo al perfil de inversor: si se tiene poca tolerancia al riesgo, no sería una buena opción invertir en emergentes.
En todo caso, sí que podría ser una buena decisión para un inversor medio con un perfil un tanto dinámico destinar una pequeña parte de su cartera global a este tipo de inversiones, siempre y cuando se reduzcan y controlen los riesgos.
¿Cómo podemos mitigar los riesgos de los países emergentes y aprovechar sus ventajas? Está claro que la única forma es diversificando:
En definitiva, invertir en una determinada emisión de deuda de cualquier empresa o país emergente, tiene un alto nivel de riesgo. No obstante, configurando una cartera diversificada de países, activos y emisiones, el riesgo quedaría mitigado.
Además de ello, es difícil para el inversor medio atender a los cambios económicos a los que están sometidos estos países, se debería contar con un gestor especializado.
Existen varios medios para llevar a cabo este tipo de inversiones, sin embargo, a través de fondos de inversión en países emergentes, se solventan muchos de sus inconvenientes.
En concreto, esto se consigue si instrumentamos nuestra inversión a través de fondos:
Existen muchas clases de fondos de inversión en países emergentes; aquellos cuya cartera está compuesta por activos de renta fija, de renta variable e incluso mixtos, pero todos tienen en común que los activos pertenecen a estos países.
Mejor sería analizar todo esto con unos ejemplos de este tipo de fondos de inversión.
Comenzamos nuestra exposición con un fondo mixto global de emergentes. Es decir, máxima diversificación, puesto que combina activos de renta fija, renta variable e invierte en todos los países emergentes. Este fondo de inversión tiene cinco estrellas en el rating de Morningstar.
No es de extrañar que tenga una tan alta valoración. A pesar de los declives bursátiles provocados por la crisis del coronavirus (Covid-19) el Global Emerging Markets Balance Portfolio arroja una rentabilidad anualizada en los últimos tres años positiva (0,76%).
También podemos encontrar fondos indexados al índice MSCI Emerging Markets (índice de los mercados bursátiles emergentes suministrado por MSCI), como es el caso del Vanguard Emerging Markets Stocks Index.
Estamos ante un fondo de renta variable, pero con la característica fundamental de que se trata de un fondo de gestión pasiva; sencillamente su cartera replica la composición de su índice de referencia, con lo cual, las comisiones se reducen sustancialmente.
Pasamos a una categoría de fondos de inversión que ha logrado muy buenos rendimientos en los últimos tiempos: la deuda corporativa de países emergentes.
En efecto, debido a los bajos tipos de interés de las economías maduras, los inversores han pasado a instrumentar sus carteras de renta fija emergente, tanto pública como privada, por la buena rentabilidad que ofrece (y el menor nivel de riesgo con respecto a la renta variable).
El Emerging Market Corporate Investment Grade, de la gestora Credit Suisse es uno de ellos: un fondo de renta fija emitida por entidades privadas afincadas en países emergentes o con buena parte de su actividad en los mismos. Su rentabilidad anualizada en el último trienio es de un 2,70% (incluyendo el impacto de la crisis del coronavirus).
Existen otros muchos fondos de inversión en países emergentes, con estrategias distintas, acordes a múltiples perfiles de riesgo y preferencias de inversión.