A la hora de invertir es importante maximizar la rentabilidad, pero también minimizar el riesgo. Esto en términos generales se podría definir como la estimación de la probabilidad que tiene su cartera de inversión de perder dinero.
¿No le parece lógico trabajar para minimizar esa posibilidad?
Markowitz es un premio Nobel cuya área de investigación es precisamente esta, como gestionar su inversión maximizando la rentabilidad y también minimizando su riesgo.
En este artículo le vamos a explicar en qué consiste y como fondos.com le puede ayudar.
El riesgo de una cartera concentrada
Al invertir, como en la vida, es posible tener demasiado de algo bueno.
En una cartera, por ejemplo, una herencia, una compensación de capital, o simplemente una gran inversión puede generar más activos en una sola inversión de lo planeado.
¿Por qué poner un exceso de cartera en una sola inversión, es decir, concentrar una cartera, puede ser un riesgo?
Como nos lo recuerda la historia, cualquier cosa del mercado, incluso las largamente admiradas como Lehman Brothers o Fórum Filatélico, pueden implosionar, a veces de un día para otro, llevándose consigo a los inversores que depositaron demasiada fe en ellas.
¿Cómo saber si una cartera está muy concentrada? En resumen, si hay más del 10% del patrimonio capital dedicado a un objetivo e invertido en un único paquete o acción, o si se trata de varias acciones pero de un mismo origen.
La teoría moderna de la cartera
Harry Markowitz, economista de la escuela de Chicago, se llevó el premio Nobel de Economía en 1990 gracias a la teoría moderna del portafolio, una teoría de inversión que estudia cómo maximizar el retorno y minimizar el riesgo, mediante una adecuada elección de los componentes de una cartera de valores.
La teoría moderna de la selección de cartera (modern portfolio theory, o MPT) propone que el inversor debe abordar la cartera como un todo, estudiando las características de riesgo y retorno global, en lugar de escoger valores individuales en virtud del retorno esperado de cada valor en particular.
La teoría de selección de cartera toma en consideración el retorno esperado a largo plazo y la volatilidad esperada en el corto plazo. La volatilidad se trata como un factor de riesgo, y la cartera se conforma en virtud de la tolerancia al riesgo de cada inversor en particular, tras calcular en una ecuación el máximo nivel de retorno disponible para el nivel de riesgo escogido.
Así, la cartera se calcula y decide utilizando una fórmula de optimización entre el riesgo y el retorno. En Fondos.com estamos muy familiarizados con este método, y también con su modelo inverso: en lugar de comenzar con el riesgo y las expectativas de retorno para calcular la cartera óptima, empezamos con el riesgo y la combinación de cartera del inversor para obtener el retorno ideal que la justifiquen como óptima.
Optimización inversa
Para ilustrar el enfoque de optimización inversa, consideremos un inversor que asigne su cartera entre las acciones de una sola empresa y un índice amplio como el IBEX-35.
A efectos del ejemplo, la empresa es una corporación que ha estado en el índice en los últimos años. Al aplicar la optimización tradicional, necesitamos especificar la tasa libre de riesgo, las volatilidades asociadas con cada inversión, las correlaciones entre las inversiones y la tolerancia al riesgo del inversor.
Finalmente, para precisar la tolerancia al riesgo del inversor, suponemos que un rendimiento esperado del 6% anual en el índice de acciones conduciría al inversor a asignar el 100% de su patrimonio al índice de acciones.
Partimos de que justificar una asignación concentrada a una empresa única requiere un margen significativo de rendimiento superior esperado para compensar al inversor por el riesgo adicional que está asumiendo.
La diferencia en los rendimientos esperados aumenta a medida que aumenta la concentración de las acciones de la compañía, pero por otro lado estos márgenes jamás batirán al mercado. De hecho, los datos demuestran de manera fiable que los inversores activos rinden peor que sus hermanos pasivos con los que trabajamos desde Fondos.com.
En conclusión
Vemos, pues, que es poco probable que se obtenga un rendimiento superior para justificar la propiedad de una posición concentrada en las acciones de su compañía (o de cualquier otra) en comparación con una inversión diversificada en relación con un índice de mercado, como hacemos en Fondos.com.
A menos que se tenga una confianza exacerbada en que las acciones de esa compañía única pueden superar significativamente (como es el caso de algunas compañías tecnológicas en los últimos años, aunque son casos aislados) a un índice bursátil global, entonces es mucho mejor diversificar al menos una parte de la posición concentrada.
Vender parte de esas acciones de una forma racional puede dar frutos inmensos a largo plazo, y desde Fondos.com ayudamos a llegar hasta allí para recogerlos.