Las ratios de fondos de inversión nos informan, con mayor detalle, de todos los factores que nos afectan como partícipes. ¿Cómo leer estas ratios?
Cuando observamos la tabla correspondiente a fondos de inversión en la prensa financiera obtenemos información sobre el nombre del fondo, la sociedad gestora, sus rendimientos en diferentes períodos temporales, etc. Sin embargo, para evaluar un fondo de un modo más completo es necesario ir un paso más allá. Para este propósito se utilizan una serie de ratios típicas de la gestión de carteras; estas son las ratios de fondos de inversión.
Recordemos que un fondo de inversión no es más que una cartera de activos, la cual pertenece a un colectivo de inversores y es administrada por una sociedad gestora. Ahora las preguntas son: ¿Dicha cartera está bien compuesta? ¿Se comporta correctamente? Las ratios de fondos de inversión nos facilitan la respuesta.
Se trata de una serie de fórmulas matemáticas destinadas a relacionar diferentes factores del fondo. De esta forma se consigue una mayor información acerca del trabajo del gestor, la rentabilidad ajustada al riesgo y la evolución del fondo con respecto al mercado. Todas estas ratios se pueden obtener en la propia ficha del fondo, es decir, están a disposición del inversor incluso antes de ser partícipe de un fondo de inversión.
Ratios de fondos de inversión más significativos
Aquí describimos algunos de los fondos de inversión más destacados
Alpha de Jensen
El Alpha de Jensen (o simplemente Alpha) nos informa de la buena o mala gestión del fondo. En otras palabras, si el gestor ha desarrollado bien su trabajo. Básicamente, el inversor debe tener presente que cuando más alto sea el Alpha de un fondo de inversión, mayor es el valor que aporta la gestión. Por supuesto, un Alpha negativo es una mala señal.
El Alpha simplemente realiza un cálculo de la diferencia existente entre la rentabilidad del fondo de inversión (la cartera compuesta por el gestor) y la rentabilidad del mercado (el índice de referencia).
Si la gestión del fondo es la adecuada, seleccionando los mejores valores y excluyendo aquellos que peor comportamiento tienen, como es natural, los resultados del fondo serán mejor que los del índice de referencia. El Alpha mide la parte de la rentabilidad que no depende de la evolución del mercado, sino del trabajo del gestor.
Cuando valoramos el trabajo del gestor, la pregunta que debemos hacernos es: ¿son adecuadas las comisiones de gestión que aplica el fondo?
Beta
La beta de un fondo de inversión es importante debido a que nos indica el comportamiento del mismo en relación con su mercado de referencia. Es decir, si el mercado fluctúa en 100 puntos, ¿cuántos puntos tiene capacidad de moverse nuestro fondo? A esto se le conoce como la sensibilidad del fondo con respecto al mercado.
Si la beta es igual a 1, significa que el fondo se mueve en armonía con su índice de referencia. En este caso, si el mercado se mueve un 10% hacia arriba, el valor liquidativo de las participaciones del fondo de inversión tendrá un 10% más de valor. Si es superior a 1, el fondo fluctuará con más violencia que el mercado. Sucede lo contrario si la beta es menor que 1, el fondo es más “tranquilo” que el mercado.
Un fondo con una beta alta tiene capacidad de ofrecer mejores resultados que el mercado, pero también representa un mayor riesgo.
Ratio de Sharpe
¿Cuántos puntos de rentabilidad obtendremos por cada punto de riesgo que asumamos? Esto es lo que nos viene a informar la ratio de Sharpe.
Se calcula la diferencia de la rentabilidad existente entre el fondo de inversión y un activo considerado como libre de riesgo, teniendo en cuenta la volatilidad del fondo (como medida de riesgo). De esta forma, estamos en disposición de saber cuál es la rentabilidad extra que obtiene el fondo en relación al riesgo que asume.
Como norma general, se toman como activos libres de riesgo a la deuda pública del país que más activos tenga la cartera del fondo.
Cuanto mayor sea la ratio de Sharpe, mayor es la rentabilidad del fondo en relación al riesgo que asume. En caso de que sea negativa, es una mala señal: significa que su rendimiento es inferior a los activos libres de riesgo.
¡Cuidado! Puede que la ratio de Sharpe sea positiva, pero inferior a 1. Este hecho debe leerse como que el fondo ofrece un rendimiento inferior al riesgo que estamos asumiendo.
Gracias a la ratio de Sharpe, el partícipe puede comparar diferentes fondos de una misma categoría y saber cuál de ellos aporta una mayor rentabilidad para un riesgo similar. Además, permite deducir si la inversión es adecuada desde un punto de vista de riesgo/rentabilidad.
Tracking error
El tracking error aporta información sobre el nivel de actividad en la gestión del fondo. Se conoce también como “riesgo gestor” debido a que determina la libertad del gestor al separarse de su índice de referencia, en mayor o menor medida.
Cuanto mayor sea el tracking error, el fondo será más activo: el gestor se aleja más de su índice de referencia. Deberemos comparar esta medida con las demás ratios de fondos de inversión.
Podríamos definir al tracking error como el índice de estabilidad o volatilidad de un fondo de inversión en relación a su benchmark. Es una medida de riesgo relativo.
El tracking error es especialmente útil para comparar fondos indexados. Un alto valor en este tipo de fondos significa que el gestor ha asumido riesgos con una gestión alejada del mercado.
Ratio de información
La ratio de información es una medida de rentabilidad ajustada al riesgo. Relaciona el trabajo del gestor en comparación del comportamiento del mercado, tal y como el alpha, sólo que en esta ratio se tiene en cuenta el nivel de actividad del fondo, medido por el tracking error.
Es mejor para un fondo de inversión que esta ratio sea lo más alta posible. Significa que la actividad del gestor (el riesgo gestor o tracking error) es recompensada con mayor rentabilidad. Pero, cuidado, tampoco quiere decir que el fondo sea seguro: simplemente nos indica que se obtiene una rentabilidad superior al índice de referencia.
Si el Alpha nos informa del exceso de rentabilidad obtenido por el trabajo del gestor (y no por el comportamiento del mercado), la ratio de información nos dice la calidad de dicho exceso, debido a que se tiene en cuenta el riesgo que asume el gestor.
Índice de Treynor
Esta ratio tiene importancia para conocer cuánta rentabilidad ha ganado el fondo de inversión en relación con el riesgo que asume, sólo que esta ratio tiene en consideración el riesgo sistemático (riesgo de mercado en su totalidad), medido por la beta.
Se calcula simplemente restando el tipo de interés de los activos libres de riesgo a la rentabilidad del fondo y dividiendo el resultado entre la beta.
El riesgo sistemático no puede ser eliminado mediante la diversificación (se elimina el riesgo específico de un activo, pero no el riesgo del mercado en su conjunto). Tomar este riesgo como medida para calcular la rentabilidad ajustada significa asumir que los gestores han diversificado correctamente la cartera. Por tanto, cuanto más alto sea su valor, más eficaz resulta el trabajo del gestor.