Gracias a la irrupción de las redes sociales, hoy en día es posible crear comunidades de todo tipo. Esta nueva forma de relacionarnos ha llegado también al mundo de las inversiones a corto plazo, es decir, al trading. El social trading es una comunidad de traders, una red social en la cual podemos, no sólo compartir conocimientos, sino copiar las operaciones de otros inversores y obtener su misma rentabilidad.
Puede que esto nos recuerde a la inversión en fondos, donde nuestro capital es administrado por un gestor. Sin embargo, presenta unas diferencias sustanciales en cuanto al riesgo de una forma de invertir y otra.
En este artículo descubrirás las ventajas y los inconvenientes de las nuevas tendencias de inversión frente a las tradicionales.
Se entiende por trading las operaciones financieras que tratan de obtener beneficios con la compraventa de activos financieros, aprovechando las diferencias de su precio. La famosa frase: “compra barato y vende caro” adquiere un mayor sentido en este tipo de estrategias de inversión.
Normalmente, los traders utilizan productos financieros derivados (como futuros o CFDs). Este tipo de instrumentos les permite entrar y salir del mercado con mayor agilidad y así conseguir rentabilizar los pequeños movimientos del mercado, utilizar el apalancamiento financiero y operar tanto si el mercado sube como si baja (invertir cuando caen los precios se denomina “operaciones en corto”; se trata de vender el activo para recomprarlo a un precio inferior).
Existen una multitud de estrategias de trading. Una de las formas más utilizadas para clasificar a los distintos estilos de trading es por el plazo temporal de sus posiciones en el mercado:
Como se puede deducir, el trading es una forma de operar principalmente orientada al corto plazo. Son maniobras especulativas, en las que poco importa el valor intrínseco del activo financiero que se compra y se vende (normalmente ni se compra físicamente, sino a través de derivados se especula sobre su precio).
El social trading es una de las tendencias de inversión más popular en los últimos tiempos. Se trata de una red social de trading, en la cual los traders más experimentados pueden compartir sus conocimientos, estrategias y operaciones con todo aquel que desee seguirlos.
A través de la red social, los traders tienen la posibilidad de:
Básicamente, existen dos tipos de protagonistas en la red social: los traders que comparten sus estrategias (a cambio de una comisión de las ganancias conseguidas) y los traders que los siguen (copiando su operativa y obteniendo sus mismas rentabilidades).
El social trading gira en torno a un bróker, el cual pone la plataforma y actúa como garante de que el dinero delegado a otros traders se utilice para los fines convenidos e imposibilitando su retirada por parte del trader gestor.
El modelo de confiar nuestro capital a un gestor a través del social trading no es nuevo. Esta misma fórmula es la que se utiliza en los fondos de inversión, sólo que con unas diferencias significativas:
Muchos operadores creen que pueden mitigar el riesgo que suponen las operaciones de trading confiando su operativa a otro trader más experimentado. Este pensamiento puede encerrar una parte de verdad, el social trading tiene una serie de ventajas:
En cuanto a sus inconvenientes, además de los inherentes a las operaciones de trading, estas nuevas tendencias de inversión propician que muchos operadores sin experiencia decidan lanzarse al mercado.
Es difícil valorar hasta qué punto un trader puede realmente ofrecer rentabilidad de un modo consistente. Se trata de operaciones apalancadas, en las que una mala praxis en la gestión del capital y el riesgo pueden tener consecuencias nefastas para nuestro capital. Más allá de cómo sea el trader de bueno abriendo y cerrando operaciones en el mercado, se debiera considerar cómo gestiona el riesgo.
En realidad, el social trading está dentro de las estrategias de inversión más arriesgadas que existen. Se depende de un gestor desconocido, sin capacidad demostrada, que utiliza instrumentos de riesgo y con unas estadísticas para su valoración incompletas.