Inversiones en Internet para no expertos

Internet puede conseguir que los inversores no expertos consigan mejores resultados. También abre la puerta para llevar a cabo un tipo de operativa de inversión totalmente errónea…

La tecnología hace posible realizar muchas labores de un modo más óptimo. Este es el punto principal por el que Internet puede ayudarnos en nuestras inversiones. Por lo demás, deberemos tener cuidado de no caer en una serie trampas y riesgos. Vamos a tratarlo todo con detalle.

 

¿Cómo ha cambiado Internet nuestra forma de invertir?

Las nuevas tecnologías de comunicación han cambiado nuestra forma de relacionarnos en todos los ámbitos de la vida y por supuesto también estos avances han llegado al mundo de las inversiones.

Ahora es posible acceder a una cantidad de información mayor de la que tenían los gestores de fondos de los años 70. Un inversor podría tardar años en recopilar toda la información bursátil que se encuentra hoy en día en  Internet a un golpe de clic.

Este hecho de por sí contribuye a ser mejores inversores, a pesar de no ser experto en la materia. El acceso a la información reduce la diferencia entre el inversor institucional y el inversor particular.

Además de una mayor información, la red de redes proporciona una serie de ventajas que el inversor medio no puede pasar por alto:

  • Mayores facilidades y menores costes para acceder a un asesoramiento profesional.
  • Es posible ejecutar órdenes de compra de productos y activos financieros de un modo más fácil y rápido.
  • Elimina los costes de estructura y abarata el precio de las transacciones financieras.
  • Se reducen los intermediarios financieros entre el inversor y el mercado.
  • Es posible tener almacenados los datos históricos de nuestras inversiones.
  • Contribuye a la transparencia en las operaciones de inversión.
  • Optimiza el tiempo para tomar decisiones y ejecutar la inversión.

Estas son las principales ventajas que ofrece Internet a l inversor no experto. Sin embargo aquí no acaba todo. No todo son ventajas.

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El que las nuevas tecnologías contribuyan a que invertir sea más fácil, rápido, cómodo y menos costoso no significa que el inversor no experto pase a ser un gran gestor financiero. Las herramientas deben estar en manos de alguien que sepa manejarlas y las inversiones requieren tiempo y planificación, aunque se tenga la información y conocimientos para analizarla.

Para explicar esto tendremos que remitirnos al pasado. Puede parecer que Internet es el gran invento que ha revolucionado el mundo de las inversiones, sin embargo la historia presenta otros grandes descubrimientos que ponen en tela de juicio este pensamiento. Para ser más concretos, hablaremos de uno de ellos: En 1867 apareció el primer teletipo telegráfico o ticker.

El ticker fue una gran revolución en el mundo financiero de aquella época. Se trataba de un teletipo que, conectado por cable telegráfico, podía transmitir las cotizaciones a tiempo real desde una Bolsa de Valores hasta las oficinas de un bróker o cualquier otro punto donde se encontrase instalado. Las cotizaciones y demás información bursátil aparecía impresa en una cinta.

Durante el siglo XIX hizo posible que una gran parte del público general pudiese acceder a las inversiones. Las personas que vivían en otra ciudad podían seguir las cotizaciones de Wall Street. Sin duda una gran ventaja, equiparable a lo que sería Internet hoy en día.

¿Cómo qué repercusiones tuvo  esto? ¿Fueron todo ventajas? Sigamos leyendo y veamos qué peligros entraña esta historia. Es curioso ver que hay cosas que no han cambiado en absoluto.

 

¿Qué riesgos y trampas tienen ciertas inversiones por Internet?

Al igual que en su día el ticker hizo posible una gran participación de inversores no expertos al mundo bursátil, Internet ha contribuido de la misma manera al ciudadano de hoy en día. Esto no supone un punto negativo por sí mismo, todo lo contrario.

El problema viene dado cuando el inversor pierde la perspectiva. En la actualidad, tal y como lo fue durante finales del siglo XIX, es sencillo que se realicen inversiones de forma compulsiva debido a su fácil y rápido acceso. Este sería el primer problema que presenta Internet.

Es muy probable y común que una persona sin experiencia, al verse frente a unas pantallas llenas de gráficos y datos financieros, adopte un sentimiento de creerse gran financiero internacional. Esto ya les pasó a los foráneos de Wall Street cuando vieron que era posible realizar inversiones desde sus ciudades, simplemente acudiendo a la oficina del bróker más cercano de su localidad, sin necesidad de tener que estar presentes en New York.

Muchos de estos inversores de repente sintieron que podían realizar el mismo trabajo que los gestores profesionales porque tenían acceso a la misma información en tiempo real. Cuando no estaban realmente preparados. Comenzaron a perder la perspectiva de la inversión y comenzaron a creer que podían conseguir fácilmente dinero invirtiendo. El inversor de repente pasa de ser inversor a ser un especulador.

Un especulador famoso de aquella época, quizá considerado como el más brillante de todos los tiempos, como fue Jesse Livermore, lo advirtió de un modo claro en estas dos frases:

“Todo el mundo dice que piensa a largo plazo, sin embargo no puede resistirse al dinero fácil”.

“Los enemigos mortales del especulador son: la ignorancia, la codicia, el miedo y la esperanza”.

Ahora bien, a esto hay que sumarle otro ingrediente. La proliferación de ciertos productos financieros y cierto tipo de intermediación financiera, que en conjunción con el sentimiento de codicia y compulsión de los inversores lo convierten en un cóctel perfecto para perder todos los ahorros. Nos referimos a los productos fuertemente apalancados que invitan a pensar en grandes ganancias realizando una operativa intradiaria.

Hoy en día, Internet ha hecho posible que muchos intermediarios puedan ofertar sus servicios a inversores. Servicios que aún siendo legales llevan implícita una esperanza de dinero fácil. Esto es lo que realmente es peligroso en Internet, la creencia de dinero fácil.

Para conseguir rentabilidades superiores a la media es necesario asumir un riesgo también superior a la media. Hoy en día existen productos financieros derivados que ofrecen un alto apalancamiento  e intermediarios financieros que lo ofrecen por internet.

Un producto, tal como los CFDs (Contracts For Diferences) sobre el mercado de divisas (Forex) o cualquier otro activo financiero representan un serio peligro al inversor no experto. La idea es que el inversor se sobreapalanque para conseguir mayores ganancias en un menor tiempo. A veces incluso en un período que no va más allá de una jornada.

 

Ejemplo histórico

Si trasladamos todo esto a la época en la que apareció el ticker, veremos que este nuevo invento dio lugar a la proliferación de muchos intermediarios financieros similares, las llamadas “bucket Shop”.

Las “bucket shops” eran casas de corretaje que ofrecían una forma determinada de especulación sobre acciones. El inversor no tenía porqué adquirir los títulos físicamente, el propio bróker le daba contrapartida. Gracias a que estas empresas podían recibir las cotizaciones en tiempo real, acordaban con sus clientes una operativa apalancada en la que no se llegaban a comprar las acciones en el mercado.

El inversor, con una suma de capital muy pequeña (lo que suponía que el bróker le ofrecía un alto apalancamiento), podía acudir a estos intermediarios y “apostar” a que un valor subía o bajaba sin tener que comprarlo realmente. Esta forma de operar en los mercados es la antesala de lo que hoy llamamos CFDs. El funcionamiento es similar.

Grandes figuras de las finanzas, como fue Charles Dow (padre del análisis técnico, fundador del Wall Street Journal e inventor del famoso índice Dow Jones) ya advirtió que un alto apalancamiento en manos de inversores no expertos sólo podría terminar en pérdidas.

En realidad muy poca gente está preparada para operar bajo este sistema y la cosa no ha cambiado en nuestros días. Las operaciones fuertemente apalancadas y el trading intradiario ya surgieron en el siglo XIX. Lo cual hizo que gran parte de ellos perdieran todos sus ahorros.

Las inversiones similares que hoy en día son una moda de Internet son igual de peligrosas, es el mismo modo de operar. El trading intradiario y los productos fuertemente apalancados no son recomendables para un inversor medio. La historia no miente, por este motivo hemos pretendido exponer este argumento apoyado por hechos históricos.

Los intermediarios que comercializan estos productos, en su mayor parte, son empresas debidamente reguladas y establecidas legalmente. Es decir, la actividad es legal. El problema radica en el riesgo que se asume, el apalancamiento que se ofrece y el convertir la inversión en un modo de ganar dinero fácil.

En otras palabras, juegan con la codicia y la falta de pericia del inversor no experto. Internet abre la puerta a estos errores.

Internet puede generar beneficios al inversor medio, siempre y cuando se utilice del modo correcto. La tecnología no es ni buena ni mala por sí misma. El problema de invertir sin experiencia es que no se toma en cuenta la tolerancia al riesgo que asumimos, ni el horizonte temporal recomendado.

Por este motivo, el inversor pierde la perspectiva y se convierte en un jugador que asume un alto nivel de riesgo para obtener ganancias rápidas. Este tipo de operativa no suele terminar bien. No lo hacía siglos atrás y ni mucho menos ahora tiene por qué haber cambiado.

 

¿Qué alternativas existen?

En conclusión, Internet puede ayudar al inversor no experto. También puede hacerle caer en la tentación de asumir un riesgo muy elevado a través de productos financieros que no son aptos para él. Esto ya ha pasado siglos atrás con otros inventos tecnológicos que en su día representaron una revolución en el mundo de las inversiones.

Ahora bien, hemos hablado de los beneficios que ofrece la Red para inversores no expertos. Entre ellos destaca uno que puede convertirnos en mejores inversores.

No, no nos referimos a la información. Mucha información puede resultar intimidante y confusa, se habla incluso de “infoxicación”. El gestor profesional tiene claro lo que busca y puede separar el grano de la paja, pero el inversor medio muchas veces se siente abrumado por el exceso de información.

Nos referimos al ahorro significativo en los costes a la hora de encontrar un buen producto financiero. El acceso que tenemos, como nunca antes se ha visto, a una forma de asesoramiento profesional.

Esto quizá sea la mayor ventaja que brinda Internet, la posibilidad de conseguir acometer inversiones acordes a nuestro perfil, nuestra tolerancia al riesgo, un horizonte temporal adecuado y demás factores de un modo rápido, sencillo y más económico. Para ello existen asesores financieros informatizados (los llamados robo advisor).

 

 

Juan Puente - CEO
Juan Puente - CEO
CEO y Cofundador de Fondos.com

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