En la investigación de mercado actual, se utilizan tres calificaciones para los valores en función de las expectativas actuales de rentabilidad relativa:
- Outperfom: mejor que el mercado, superior al índice de referencia.
- Market perform: neutral, similar al índice de referencia.
- Underperform: peor que el mercado, con una estimación de rentabilidad registrada inferior a las del índice de referencia.
La calificación de underperform, o bajo rendimiento, es así una recomendación que se da cuando se espera que una acción o valor tenga un desempeño por debajo del rendimiento del mercado, aunque las definiciones varían dependiendo del estudio o del analista que objetivamente otorgue esta calificación.
Se suele asociar a posiciones de venta moderada o control débil del mercado, encontrándose así que underperform es peor que una calificación neutral o de mercado, pero mejor que las recomendaciones de venta.
Un valor o acción puede verse calificada como underperform y recibir una evaluación de que su rentabilidad será inferior a la de sus competidores si no cumple o excede una métrica con la que se compara.
Esto puede incluir el mercado general, una empresa competidora, un índice de referencia o alguna otra medida concreta.
En este caso, una compañía que ha experimentado un crecimiento sostenido y ganancias positivas en un ejercicio, podría recibir la calificación “underperform” si esa rentabilidad no está al nivel del mercado.
Esta situación se ha dado en el Ibex-35 en muchas ocasiones, incluso para entidades bancarias como Santander o Banco Sabadell, sin ir más lejos, que han visto rebajado su calificativo a “underperform” en algún momento de 2018.
La calificación se basa como referencia en que, si bien una empresa podría estar obteniendo resultados positivos, podría tener un mejor desempeño en el mercado actual o en referencia a sus competidores directos.
¿Por qué una empresa puede recibir una calificación de underperform?
Al margen de que la situación pueda producirse debido a que el mercado o el índice de referencia han tenido un comportamiento extremadamente positivo o por encima de las expectativas, existen un conjunto de circunstancias internas que podrían acarrear dicha calificación, por ejemplo, a través de deudas que la compañía debe asumir y que ejercen presión sobre el rendimiento.
Por otra parte, un sector o industria concretos pueden recibir una calificación de bajo rendimiento de forma general, y eso afecta a todas las compañías que pertenecen al mismo.
El sector servicios públicos (electricidad, gas, agua) podría recibir una calificación de “underperform” porque mientras el crecimiento de la economía impulsa el sector, la inflación resulta en tasas de interés aún más altas (situación que se ha dado en España con anterioridad).
Otro sector similar en lo que respecta a la sensibilidad con las tasas de interés es el inmobiliario. La idea detrás de una calificación de sector es que dicho sector no está generando la rentabilidad que debería según su potencial máximo estimado.
Distintas visiones de la calificación de bajo rendimiento
Dependiendo del analista o gestor de inversiones, la calificación de “underperform” puede tener diferentes grados de significado.
Lo que para una agencia puede suponer una recomendación de considerar si se debe proceder con la venta o mantener, con un mayor o menor grado de énfasis dependiendo de las directrices internas respecto al tiempo que el accionista debe tolerar en este periodo en que las acciones no están a la par de su respectivo índice de referencia.
El sistema de Fondos no sólo tiene en cuenta todos esos factores, sino que también añade a la ecuación la cartera entera, el objetivo marcado y el plazo, además de ponderar el potencial de que una compañía en situación de “underperform” reaccione e implemente medidas que mejoren sus perspectivas y aumente el valor de sus acciones.
En definitiva, una calificación de “underperform” es una medida temporal y circunstancial que debe tenerse en cuenta y monitorizarse de forma individualizada, en la medida que puede debilitar una cartera, pero también desde una visión más amplia y con una adecuada toma de decisiones sin perder de vista el objetivo de inversión a largo plazo.