Para comenzar a explicar qué es la calificación crediticia, o calificación de crédito, debemos partir de lo que se conoce como “riesgo de crédito”.
El riesgo de crédito se define como la posibilidad de que un emisor de un título de renta fija incumpla sus obligaciones de pago, bien sean los intereses, la devolución del principal o ambos.
En otras palabras, si invertimos en un título de renta fija, en realidad estamos prestando el dinero al emisor, puesto que estos valores representan deuda. Este emisor tiene la obligación de devolvernos el capital prestado al vencimiento del mencionado título y el pago de intereses periódicos en forma de cupones (los títulos a corto plazo se suelen emitir al descuento, ver: Qué son los Bonos del Estado).
Si el emisor de esa deuda, por motivos de solvencia como norma general, es incapaz de pagarnos tanto el interés como la devolución del dinero, el riesgo de crédito se ha materializado.
Cuanto mayor sea la probabilidad de que se materialice, mayor será el riesgo de crédito. En consecuencia, cuanto menor solvencia presente el emisor mayor será el riesgo de crédito del título emitido.
Este concepto es extensible tanto a empresas, como a organismos públicos y otras instituciones que emiten valores de deuda (bonos, pagarés, obligaciones, etc.).
Para evaluar el riesgo de crédito que presenta un emisor se atiende a la calificación crediticia, también llamada rating (del inglés “credit rating”).
Las acciones no son títulos de deuda, son participaciones de capital. Estos valores no tienen vencimiento, tampoco tienen un interés pactado.
Los dividendos a repartir dependen de los beneficios empresariales (por eso se llama renta variable). Si un año una empresa ha obtenido malos resultados, suspende dividendos y este hecho no supondría ningún incumplimiento contractual. Por lo tanto, cuando hablamos de riesgo de crédito y calificación crediticia estamos haciendo referencia a los valores de renta fija.
¿Qué es la calificación crediticia?
Es importante saber el riesgo que presenta el activo para valorar si la rentabilidad se ajusta al mismo y si encaja con nuestro perfil como inversores.
La calificación crediticia, como su propio nombre indica, es una calificación que se le otorga a las empresas y demás organismos que emiten deuda en forma de empréstitos (valores de renta fija), la cual hace referencia a la capacidad que tiene dicho organismo para cumplir con sus obligaciones. Dicho de otro modo, valora su solvencia o su capacidad de pago. Por extensión, también califica el riesgo de los mencionados activos de renta fija.
Cuanto más solvente sea una empresa, una institución o incluso un Estado, mejor calificación crediticia tendrá.
En general, las empresas de un determinado país no tienen una calificación crediticia mejor que el propio Estado. De modo que una vez determinado el riesgo crediticio del país, se atiende al que presentan las empresas que operan en el mismo según sus características internas (las externas ya vienen determinadas por el riesgo del país).
En síntesis, es una forma de medir el riesgo de crédito de un emisor. Cuanto mayor riesgo presente, se verá obligado a ofrecer unos mayores rendimientos por sus emisiones de deuda. En caso contrario, los inversores acudirán a otros títulos con menor riesgo si ofrecen la misma rentabilidad.
El mayor riesgo se debe compensar con mayores rentabilidades. Por consiguiente, tendrá que pagar mayores intereses y le será más costoso endeudarse.
Esta valoración y consiguiente calificación la realizan las “Agencias de calificación de riesgos”.
Son empresas independientes que miden el riesgo de los activos de renta fija y las empresas (u organismos públicos) que los emiten. Han sido duramente criticadas tras la última crisis; esto se debe a que valoraron activos como seguros cuando en realidad presentaban un mayor riesgo de crédito (No es intención de este artículo entrar a valorar la credibilidad de las agencias de calificación, simplemente hablamos en tono informativo).
Las principales agencias de rating son:
- Standard & Poor’s
- Moody’s
- Fitch Rattings
¿Cómo se mide la calificación crediticia?
En realidad cada agencia de calificación puede tener una escala distinta, aunque son parecidas.
Con motivos de ofrecer un ejemplo, veremos cómo califican Fitch Rattins y Standard & Poor’s (de mayor a menor grado de seguridad). Estas dos agencias utilizan la misma escala de medición del riesgo de crédito. A continuación explicamos brevemente cada calificación crediticia.
AAA
Es la mejor calificación de crédito. Los activos de renta fija son de la mejor calidad. El incumplimiento de pago es muy remoto debido a que la empresa (organismo, gobierno, etc.) emisora tiene una capacidad de pago enormemente alta.
AA
El emisor tiene una capacidad muy fuerte de devolución (del principal y de los intereses). Son activos seguros. Puede que no tanto como los “triple A” debido a que los márgenes de solvencia son un poco más ajustados. En cualquier caso los títulos tienen muy bajo riesgo.
A
La capacidad de devolución sigue siendo fuerte. Aunque puede empeorar en el futuro. En cualquier caso los factores de seguridad son los adecuados. El organismo sigue siendo solvente.
BBB
La seguridad de pagos del principal y los intereses es moderada, aunque se considera adecuada para la inversión todavía. Si las condiciones se presentan adversas podrían conducir a una serie de problemas de solvencia.
BB
Saltamos del grado de inversión (en las anteriores calificaciones) al grado de especulación. A partir de esta calificación de crédito los activos se consideran especulativos, no son aptos para la inversión en sentido estricto. Los emisores con esta calificación no tienen el futuro afianzado. La seguridad de los activos es muy moderada (por no decir que está entrando en la frontera de baja seguridad).
B
La garantía de devolución es pequeña. Su capacidad de pagos está en serio riesgo si las condiciones son adversas. Se trata de emisores vulnerables.
CCC
La vulnerabilidad para un incumplimiento ya está identificada. La amenaza flota en el ambiente. La capacidad de pagos está supeditada a que las condiciones económicas, financieras, de negocios, etc. sean favorables. El incumplimiento es probable.
CC
Se trata de títulos de renta fija altamente especulativos. La probabilidad de que se materialice el riesgo es muy alta. Se incumplen los pagos con frecuencia.
C
Incumplimiento inminente.
DDD
Incumplimiento actual. Aunque hay probabilidad de recuperación potencial.
DD
Incumplimiento actual. En este caso la recuperación potencial es más pequeña que la “triple D”.
D
Incumplimiento actual. La probabilidad de recuperación potencial es muy pequeña.
Nota: Como elemento adicional a estas calificaciones, pueden incorporarse los signos “+” o “-“ al final de cada una de ellas. El signo positivo indica que la solvencia se refuerza o tiene tendencia a mejorar. Con el signo negativo sucede lo contrario.