“Quien algo quiere, algo le cuesta”.
¿Cuántas veces has escuchado ese refrán para describir algo que no querías hacer?
En prácticamente cualquier inversión financiera, la rentabilidad futura no está asegurada: estos rendimientos pueden producirse, y ser mayores o menores de lo esperado, o pueden no producirse o incluso implicar una pérdida del capital invertido.
Esta incertidumbre se conoce como riesgo.
A la hora de tomar una decisión sobre una inversión, valoramos informalmente si ese riesgo “vale la pena” a cambio del potencial de una mayor rentabilidad. Comprender esta relación entre riesgo y rentabilidad, y encontrar el equilibrio personal es clave en la construcción de una filosofía de inversión.
En Fondos.com disponemos de las herramientas y de una información transparente para recorrer ese camino hacia el equilibrio, y si las cosas cambian de un día para otro, damos a nuestros clientes la máxima flexibilidad para ajustar su cartera.
El riesgo es inherente
Asumámoslo: todas las inversiones conllevan cierto grado de riesgo.
La regla general es que “cuanto mayor es el riesgo, mayor es el rendimiento potencial”, pero es necesario considerar una adición a la regla para que establezca la relación más claramente: “cuanto mayor es el riesgo, mayor es el rendimiento potencial, y es menos probable que logre el mayor rendimiento”.
Para comprender completamente esta relación, debes saber dónde se encuentra tu nivel de comodidad y ser capaz de medir correctamente el riesgo relativo de una acción u otra inversión en particular.
La mayoría de pequeños inversores piensa en el riesgo de inversión de una manera: ¿Qué probabilidades tengo de perder mi dinero?.
Sin embargo, esta afirmación describe solo una parte de la fotografía, y hay que tener en cuenta otros factores que en Fondos.com consideramos cruciales como:
- Los objetivos de inversión (a corto plazo, medio y largo plazo, porque eso condiciona la cantidad y el tiempo que necesito invertir, dependiendo de si estoy dispuesto a tolerar un riesgo menor)
- ¿Voy a perder dinero? (es decir: ¿me interesa más garantizar la seguridad del principal invertido, aunque sacrifique el crecimiento?)
- ¿Estoy dispuesto a aceptar más riesgos para lograr mayor rentabilidad? Si es así, ¿en qué momento de la inversión es mejor hacerlo: al principio, al final, etc.?
Muchos inversores encuentran que una cantidad modesta de riesgo en su cartera es una forma aceptable de aumentar el potencial de alcanzar sus objetivos financieros.
Al diversificar su cartera con inversiones de diversos grados de riesgo, como las que pueden encontrar los clientes de Fondos.com, esperan aprovecharse de un mercado al alza y protegerse frente a pérdidas dramáticas en un mercado a la baja.
En un mundo ideal, el nivel de comodidad y riesgo deben pasar la prueba de “dormir bien”, lo que significa que uno no debe perder sueño por el riesgo de su cartera de inversiones.
Otra cosa es preocuparse por la cartera, estar encima de ella y monitorizarla, cosa que el sistema de Fondos.com permite realizar en cualquier momento del día.
Conclusiones sobre el equilibrio
En definitiva, no existe un riesgo “correcto o incorrecto”: es una decisión muy personal para cada inversor.
Sin embargo, los inversores jóvenes pueden permitirse un mayor riesgo que los inversores más antiguos, porque los inversores más jóvenes tienen más tiempo para recuperarse si ocurre un desastre.
En cambio, un inversor a cinco años de jubilarse no querrá correr riesgos extraordinarios porque tendrá poco tiempo para recuperarse de una pérdida imprevista.
¿El colofón? Controlar el riesgo de la cartera combinando adecuadamente los productos y elementos de inversión, diversificando en consecuencia.
En Fondos.com te ayudamos a alcanzar ese punto de equilibrio (y de sueño nocturno reparador).
Contáctanos y te ayudaremos a conseguirlo.