¿Cuáles son los mejores fondos de inversión en criptomonedas? ¿Es rentable? Cuando empiezas a invertir, llas criptomonedas como Bitcoin y Ethereum suelen llamar de los inversores por los grandes movimientos que experimentan. Pero así como generar grandes beneficios también conllevan un riesgo. En este artículo desgranamos todo lo que debes saber sobre invertir en criptomonedas.
Los fondos de inversión de criptomonedas tratan de hacer más fácil las inversiones en estos activos. Esto se debe a su capacidad de diversificación. No sólo encontraremos fondos de Bitcoin en el mercado, existen fondos que incorporan otras criptomonedas, otros activos, negocios relacionados, etc.
Lo cierto es que, hasta el momento, invertir en criptodivisas a través de fondos de inversión es la única opción sensata para el inversor medio, si tenemos en cuenta los riesgos que presentan las inversiones directas. Pero…
Si quieres saber las respuestas, sigue leyendo.
Las criptomonedas tienen potencial para convertirse en la divisa base del futuro. Tienen todos los elementos necesarios.
¿Podrían ser la base del sistema monetario?
Sólo el tiempo responderá esta pregunta.
La cuestión es que estas monedas digitales tienen dos características que las hace semejantes al depósito valor que a lo largo de la historia ha realizado esta función: los metales preciosos; con el oro como abanderado.
¿En qué se asemejan?
Curiosamente las criptomonedas se extraen por un proceso de resolución de algoritmos matemáticos, lo que se denomina la “minería”. Y es que en realidad se trata de extracción, al igual que los metales preciosos, solo que en este caso hablamos de “minería digital”.
La cantidad de oferta monetaria existente en el mercado depende de estos procesos de minería. Por tanto, existe una cantidad limitada de oferta hasta que se logren minar más monedas.
Si por ejemplo nos refiriésemos al Bitcoin, solamente puede minarse un total de 21 millones de unidades monetarias, esta cantidad es la totalidad de masa monetaria. Podría asemejarse a todo el oro que hay sobre la Tierra, esté extraído o sin extraer.
Bitcoin es un recurso limitado. Se acabará de extraer y solo habrá una masa monetaria determinada.
Una divisa cualquiera puede ser imprimida por un Banco Central. No se trata de un activo limitado. En el planeta hay una cantidad de metales preciosos limitada, esto les ha aportado el valor que tienen.
En el mundo digital también hay una cantidad limitada de Bitcoin y otras criptomonedas. Al llegar a los 21 millones de Bitcoins no se podrán minar más. Por otra parte, Ethereum es un activo ilimitado, la cantidad que puede minarse es infinita; pero la tendencia del mercado de criptomonedas le obliga a cotizar en consonancia.
Efectivamente, se puede invertir en minería de criptomonedas. Tan sólo se necesita un equipo informático con una potencia gráfica suficiente (existen criptomonedas más exigentes que otras en cuanto a la minería). No obstante, la competencia es feroz (más la necesidad de disponer de material de alto rendimiento) y no suele traer a cuenta invertir en Bitcoins, Ethereum y otras monedas digitales mediante esta estrategia.
Al minar Ether (la moneda de la red Ethereum) o Bitcoins, se obtiene una recompensa en forma de estas monedas. Es como un salario por poner el equipo informático al servicio de la red. Por ejemplo, en el caso de que deseemos invertir en Ethereum mediante la minería, se obtendrían unos 5 Ether por cada bloque minado.
Al igual que el oro, las criptomonedas no dependen de un sistema monetario concreto, por consiguiente, no puede ser objeto de “manipulaciones” por parte de los Bancos Centrales, como ocurre con las divisas que estos emiten.
Una divisa cualquiera está bajo el control de un Banco Central. Es este organismo el que decide fijar los tipos de interés y la cantidad de oferta que haya en el sistema. A esto se le denomina “política monetaria” y tiene como objetivo el control de la inflación.
Si la inflación sube hasta niveles preocupantes, el Banco Central aplica una política monetaria restrictiva. Sube tipos de interés y absorbe mediante operaciones en el mercado dinero en circulación.
Al haber menos dinero en el sistema y además con un tipo de interés más alto, la inflación se reduce debido a que se reduce la capacidad de compra e inversión.
Lo mismo puede hacerse a la inversa, cuando hay riesgo de deflación, como sucede en Europa.
Esto nunca sucede con el oro ni los metales preciosos. No están controlados por un Banco Central y a expensas de una política monetaria concreta. Ni a los niveles de inflación en una economía, por este motivo ha sido un valor refugio.
Resulta que las criptomonedas tienen también esta misma característica. No pueden verse afectadas por la política monetaria, así pues, su valor depende únicamente del que le asigne libremente el mercado. Esta cuestión provoca que especular con Bitcoin y otras criptomonedas sea más complejo.
Para saber más de cómo ha funcionado este metal y poder hacernos una idea de lo que pueden llegar a representar las criptomonedas, te recomendamos que leas este completo artículo sobre invertir en oro.
Más allá de poder obtener e invertir en criptomonedas a través de un proceso de minería (para venderlas, conservarlas, especular, etc.), es posible comprar estas monedas en el mercado.
Se trata de un mercado descentralizado y sin regulación oficial (mercado OTC), similar al mercado de divisas. El mercado de criptomonedas permanece abierto las 24 horas del día, los siete días de la semana.
El precio de cotización está sujeto a lo dicho en cuanto a la oferta y demanda. Además, la fuerte especulación que tienen en el mercado les convierte en un activo de riesgo.
Si observamos el gráfico siguiente, comprobaremos los altibajos que ha tenido Bitcoin en los últimos años. Bitcoin marca la tendencia general del mercado de criptomonedas, se puede considerar como la reina de las monedas digitales. Es el activo que mayor capitalización de mercado tiene, con mucha diferencia sobre Ethereum (la segunda en el ranking por capitalización de mercado).
Evolución de la cotización de Bitcoin
(Fuente: Tradingview)
En 2017, Bitcoin comenzó una escalada alcista exponencial. Su precio pasó de los 2 000 dólares a cerca de los 20 000 en menos de un año. Sin embargo, su corrección posterior también fue violenta y rápida. El gráfico nos muestra la volatilidad que alcanza Bitcoin (el resto de criptomonedas suelen tener una volatilidad similar).
Para especular con Bitcoin sólo hay que comprar y vender en el mercado. La clave de toda especulación es “comprar barato y vender caro”. Sin embargo ¿qué es barato y qué es caro?
Las criptomonedas no tienen un sencillo método de fijación de su valor objetivo, dependen la oferta y la demanda.
Al margen de la minería, una de las formas más clásicas para invertir en Bitcoin, Ethereum o cualquier otro activo financiero es su compra al contado, es decir, su compra física.
Existen plataformas que actúan como monederos virtuales, desde los cuales se pueden comprar, vender y almacenar criptomonedas. De esta forma no es necesario especular con derivados financieros que exigen apalancamiento financiero y elevan el riesgo del inversor.
En cualquier caso, los monederos virtuales no están exentos de robos. De hecho, ya se ha dado el caso (incluso han existido robos que han propiciado el cierre de monederos virtuales). En los últimos tiempos se ha producido un nuevo robo de Ethereum, por valor de 48,7 millones de dólares.
Por lo demás, se puede especular con estos activos financieros a través de CFDs (contratos por diferencias). También existen futuros financieros sobre Bitcoin. Al ser derivados financieros, no exige la compra física de las criptodivisas.
No cabe duda, las criptomonedas son muy volátiles. No se trata de un mercado maduro como puede ser el Euro-Dólar o la Libra-Dólar donde se puede invertir con mayor estabilidad. Esto se traduce a que las operaciones de compraventa son capaces de mover mucho los precios, incluso en el mismo día.
El inversor debe decidir cuándo invertir en criptomonedas de un modo preciso. Los precios de entrada y salida del mercado son la clave, pero el análisis se torna dificultoso. Véanse los riesgos de especular con Bitcoins.
Además de invertir en Bitcoin o Ethereum, existen otras muchas criptomonedas. ¿En qué criptomonedas invertir ahora? Depende de cuáles están ganando más peso en el mercado. Hay cripomonedas que suben como la espuma, para después caer: se trata de una cuestión de modas. Se debe atender a su capitalización (precio por activos en circulación).
He aquí algunas otras criptomonedas importantes:
Las criptomonedas están en auge. A pesar de los fuertes altibajos que han sufrido en el mercado, representan un depósito valor y un refugio inflacionario. Son útiles para el comercio internacional y, algunas de ellas, como Ethereum, permiten realizar transacciones mediante los llamados “contratos inteligentes”.
Así pues, si te preguntas por qué invertir en criptomonedas, la respuesta es: porque puede llegar a ser la divisa del futuro.
Para combatir los riesgos de invertir en una moneda digital concreta, con sus riesgos propios, se han creado fondos de inversión de criptomonedas que toman estos activos en sus carteras, pero las diversifican con otros activos para mitigar el riesgo.
Al explotar la burbuja del Bitcoin y producirse su caída en picado a finales de 2018 (conforme hemos observado en el gráfico anterior), muchos inversores de esta criptomoneda han visto como buena parte de su patrimonio se ha resentido, incluso perderlo todo y/o endeudarse.
Sin embargo, si participamos en un fondo de criptomonedas con una cartera de Bitcoins, Ethereum y otras criptodivisas, algo de metales preciosos y renta variable (en su proporción justa, con sus medidas de correlación, los sectores estratégicamente seleccionados, las compañías con unos fundamentales adecuados, etc.) apenas sufriríamos el riesgo de la caída del Bitcoin. Estaríamos cubiertos hasta por si todo el mercado de criptomonedas saltara por los aires.
Al caer el Bitcoin es posible que el dinero vaya a parar a otras criptodivisas, a los metales preciosos y a otro tipo de activos estratégicos. El impacto será menor porque nuestra cartera está compuesta con activos que:
Por un lado, son del mismo tipo. A pesar de que existe una fuerte correlación entre las diferentes criptomonedas, si cae el Bitcoin no significa que puedan caer todas las criptodivisas en la misma proporción. Puede deberse a un problema exclusivo del Bitcoin. En este caso las demás criptomonedas pueden incluso revalorizarse y ganaremos con la diversificación.
Si cae el mercado de criptodivisas en general, tenemos en cartera activos lo suficientemente descorrelacionados (o con una correlación inversa) para que se revaloricen y amortiguar de este modo las pérdidas de nuestra inversión. El riesgo está cubierto, todo o en gran parte.
Si el Bitcoin y otras criptomonedas sufren un alza, estupendo, con su volatilidad en poco tiempo ganaríamos mucho dinero. Además de los dividendos de las acciones de la cartera.
La cuestión es buscar el equilibrio justo en la arquitectura de la cartera. Esto es trabajo para un equipo gestor profesional, es decir, un fondo de inversión.
En España también existen fondos de inversión de criptomonedas que incorporan estas divisas digitales, e incluso las utilizan como principal activo en sus inversiones. El primer fondo español en hacer estas operaciones se denomina Pheidon Capital, de la mano de Eneko Knör.
A pesar de que tienes otras opciones de fondos de inversión de criptomonedas para invertir, entre otros:
Como siempre, saber controlar bien el riesgo.
¿Cómo podemos saber, medir y cuantificar el riesgo que podemos asumir? Para ello es necesario un asesor financiero. Un asesor de Bitcoin o un gestor de criptomonedas está más centrado en los aspectos fiscales.
Bueno, hasta hace muy poco, porque ahora existen algoritmos y programas que actúan como tal. Se trata de realizar el mismo trabajo de forma automatizada y, por ende, con unos costes más reducidos.
Me refiero a los robo advisor, capaces de buscar el fondo de inversión a capitalización de mercado).decuado al nivel de riesgo del inversor. Creo que es mejor explicarlo con un ejemplo:
Supongamos un inversor, una persona que está atraída por las criptomonedas; quiere invertir en Bitcoins.
No puede obviar que existe un riesgo elevado. Tampoco puede permitirse depositar sus ahorros en un activo que en una simple corrección de mercado lo deje en una situación financiera comprometida.
Este inversor entiende que la mejor manera de cubrirse frente al riesgo de mercado es la diversificación y la gestión profesional, por tanto, acude a un fondo de inversión en criptomonedas.
¿Pero cómo saber si ese fondo es el adecuado para sus niveles de riesgo? Y yendo más allá, ¿cómo saber cuáles son sus niveles de riesgo adecuados?
Existen fondos de inversión de todo tipo, de todas las categorías y para satisfacer todos los perfiles y gustos de inversión, también en los que incorporan criptomonedas a sus carteras.
Existen varios tipos de fondos de criptomonedas (incorporando o no otros tipos de activos en su cartera):
En principio debe realizar un análisis del riesgo que puede soportar. En este caso un “robo advisor” (que podría traducirse como un asesor financiero automatizado) le puede ayudar de la forma más económica posible.
Así pues, una vez determinado el riesgo, el robo advisor puede perfectamente construir una política de inversión, una selección de activos y construcción de la cartera adecuada.
De este modo nuestro inversor tendrá, por una parte, una inversión basada en sus preferencias y sus análisis; adaptada, diversificada y con sus activos en la correcta correlación. Por otra parte, su riesgo está ajustado a su nivel personal.
Pero esto no es todo.
Los gestores profesionales de los fondos de inversión también utilizan los “robo advisor” para el diseño, construcción y ejecución de sus carteras, reduciendo así el coste en comisiones de gestión enormemente.
La cotización del Bitcoin es un tema que ha generado mucha incertidumbre en el mundo de las finanzas y la tecnología. A pesar de que ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, su valor ha sido altamente volátil, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su viabilidad como una inversión segura. Aunque algunos expertos predicen que su valor seguirá aumentando en el futuro, la verdad es que nadie puede predecir con certeza cuál será su cotización en los próximos años. Por lo tanto, es importante que los inversores sean conscientes de los riesgos asociados con la inversión en Bitcoin y tomen decisiones informadas basadas en su propia tolerancia al riesgo y objetivos de inversión.
Hay un gráfico muy famoso en el mundo cripto que muchos de sus seguidores han tomado como infalible a la hora de tomar decisiones y que durante el el último cripto invierno se ha vuelto a confirmar. El gráfico sostiene que sostiene que pese a su volatilidad sigue un patrón en el plazo largo.
Puede consultar este gráfico online clickando aquí. Los seguidores del gráfico sostienen que cuando la cotización está en el color azul es el momento de comprar mientras que si está en el rojo es el momento donde la gente que compra por miedo a quedarse fuera ( FOMO) y ese es justo el momento donde esta caro y hay que vender. Desde luego que desde nuestro punto de vista hay que tener una visión menos sesgada y concebir la inversión como un balanza de riesgos y rentabilidades que debe de estar sopesada por el sentido común y las circunstancias de cada uno.
Si sumamos los beneficios de la diversificación, la posibilidad de que un robo advisor nos gestione bien la inversión y el ahorro de costes que todo esto supone, invertir en criptomonedas pasa a ser de una operación de alto riesgo a una inversión adaptada al inversor medio.
Las gestoras de fondos saben perfectamente que esto es posible con los fondos de inversión en criptomonedas.
Por ello están apareciendo en el mercado fondos de inversión de criptomonedas. Estas nuevas apariciones en el mundo de las inversiones resultan tremendamente útiles, porque es posible acceder a estos mercados tan agresivos.
Ahora es una realidad, podemos invertir en criptomonedas sin ser especialistas en riesgos. Invertir en Ethereum o Bitcoin se torna más sencillo.