Los expertos prevén fuertes oscilaciones en el mercado, y aconsejan mantener la calma tanto en periodos de supuesta euforia como en pánico, vigilando los niveles para limitar posibles pérdidas hasta que cesen las turbulencias.
Los mercados responden de forma casi cíclica: tras los periodos de subidas sostenidas, los mercados caen en tendencias de excesiva complacencia hasta que se demuestra que incluso las buenas perspectivas tienen un límite. La volatilidad es un factor omnipresente y en cualquier momento podría dar una sorpresa este año.
Muchos factores influyen en que se generen las perfectas condiciones. En primer lugar, los mercados de valores norteamericanos, que en tiempos recientes fluctúan debido a las tensiones políticas y comerciales, además de las reacciones de la Reserva Federal respecto a las tasas. Esto queda patente en los gigantes tecnológicos como Apple o Netflix, que se han visto obligados a rebajar las expectativas de ganancias y es posible que la situación se repita en 2019.
Por lo visto, si se mira la fotografía completa y se amplía el foco, pasando del momento puntual al día, y del día a la semana, y sucesivamente hasta alcanzar promedios históricos, resulta que la economía global está en buena forma y que todo apunta a que se mantendrá así. Las métricas de valoración son correctas. Lo que necesita cierta calibración, siempre, es el optimismo que rodea los momentos puntuales de mejor desempeño de los mercados, así como el pesimismo absoluto, y definitivamente exagerado, que arrastra una caída puntual.
En el juego de los mercados siempre hay riesgos y recompensas: lo importante es mantenerlos en contexto y, sobre todo, mantener la calma.
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Hay un refrán entre agentes y corredores de bolsa que dice así: “hay que comprar acciones en momentos de pánico y vender cuando hay euforia”.
Aunque no es algo a aplicar en cualquier momento, sí es relevante la conclusión que se desprende: si bien es bueno estar pendiente de las fases de corrección, es mejor no dejarse llevar por las emociones, y la paciencia presenta incontables oportunidades para los inversores que saben esperar.
Las caídas del mercado de valores son completamente normales, y darse cuenta de este hecho ayuda mucho a proceder con cautela. De hecho, las liquidaciones son una necesidad si queremos que el mercado genere altos rendimientos a largo plazo. Así, podemos afirmar que una cierta volatilidad es positiva desde el punto de vista de aquellos inversores pacientes que, a diferencia de los que saltarán del mercado asustados, se mantienen quietos.
Imaginemos que un mercado se mantiene siempre estático con un rendimiento de un 9% positivo anual. Si esto fuera así, nadie en su sano juicio abriría cuentas corrientes, y todo el dinero fluirá hacia estas acciones de rendimiento garantizado. Claro que esto conllevaría que los precios aumentarían hasta que esas acciones alcanzaran el mismo valor que las cuentas corrientes tradicionales: prácticamente cero.
La clave para invertir y dominar el mercado de valores es entrar en el mercado, empezar a invertir. Mantener una buena perspectiva a largo plazo y convertir ese objetivo futuro en una meta sólida, real e inamovible. Aceptar que habrá momentos malos, incluso meses malos, y algún día de choque. Lo ideal en estos casos es mantenerse estable durante la volatilidad, echar el ancla y confiar en los datos: el rendimiento del mercado a largo plazo es positivo. El premio a esta estrategia es un rendimiento más alto.
Cualquier momento, positivo o negativo, es bueno para revisar el plan de inversión y asegurarse de que las metas y objetivos son precisos, mensurables y visibles. La estrategia Fondos pasa por abstenerse de realizar ajustes rápidos basados en las recientes fluctuaciones del mercado.
Sabemos que la reacción rápida, emocional, puede acarrear no sólo pérdidas, si no también perder la posibilidad de acceder a mayores ganancias. Por ello, recomendamos invertir a largo plazo e ir comprobando periódicamente si se está cómodo con el riesgo asumido y ajustarlo al perfil de inversor que tenga en cada momento si se han producido cambios en su vida o en su patrimonio.
Finalmente, la estrategia Fondos incluye cuidar la diversificación de carteras, ya que son menos vulnerables a problemas puntuales que puedan darse en un país concreto. Finalmente, en periodos de gran volatilidad, llevar un control periódico de las referencias de los índices y valores clave es indispensable para modular la planificación, si cabe. En Fondos eso no sólo es muy posible, es filosofía de empresa.
¿Un consejo para cerrar? No añadir el estrés de los mercados bursátiles al estrés de la vida diaria, poner orden desde buen principio para asegurar el largo plazo, y estar a la caza de oportunidades sin dejar de disfrutar del viaje.