Tanto un plan de pensiones como un plan de jubilación son productos que nos permiten satisfacer nuestros objetivos de ahorro a largo plazo. ¿Cuál es entonces la diferencia entre plan de pensiones y plan de jubilación? Veamos estas dos formas de invertir para la jubilación.
Un plan de pensiones es un producto financiero específico, con sus ventajas y sus inconvenientes. Su popularidad reside en que desde los poderes públicos se le ha dado preferencia con motivo de incentivar a la población para ahorrar con vistas a su jubilación. Así pues, se trata de conseguir que el nivel de vida de los ciudadanos no decaiga con el paso del tiempo, dado el débil momento por el que atraviesan las pensiones públicas.
Sin embargo, lo verdaderamente importante es constituir un ahorro de cara a largo plazo, sea o no sea a través de un plan de pensiones. Existen en la actualidad una gran cantidad de herramientas y productos financieros que facilitan la confección de un plan de ahorro a largo plazo, como los fondos de inversión. Los planes de jubilación son una de las opciones, además, creadas para esta finalidad únicamente.
Todos sabemos la importancia de ahorrar de cara a la jubilación, la insostenibilidad de las pensiones públicas es uno de los problemas que sufre nuestro país. Nuestro objetivo no es otro que poder mantener nuestro nivel de vida una vez dejemos de cobrar un salario y pasemos a cobrar las pensiones públicas, es decir, complementar la pensión de jubilación con un ahorro privado. Para conseguirlo, necesitamos ir creando un capital e invertirlo para eliminar los efectos nocivos de la inflación (como mínimo). El producto financiero sobre el cual ejecutemos este plan puede ser cualquiera, no exclusivamente un plan de pensiones.
¿Qué es un plan de jubilación?
Un plan de jubilación es un producto financiero diseñado para crear un ahorro a largo plazo, pero vinculado a un seguro: es un seguro de vida que tiene una parte destinada a constituir un ahorro (con vistas a la jubilación o alguno de los supuestos que también cubre un plan de pensiones).
La singularidad de estos productos radica en que se contratan para pagar una prima periódica y fija. Además, estos productos suelen ofrecer una rentabilidad mínima asegurada.
En cuanto a la liquidez de los planes de jubilación, habrá que atenerse a las cláusulas expuestas y firmadas en la póliza. Aunque, como norma general, estos productos permiten un reembolso anticipado. Puede existir la posibilidad de que se aplique algún tipo de penalización por el rescate del ahorro antes de que se diesen los supuestos que originen el derecho a obtenerlo, todo depende de las condiciones bajo las cuales ha sido contratado.
Por lo que respecta a la parte fiscal, un plan de jubilación no tiene ningún tipo de incentivo a la hora de realizar aportaciones. En el momento del rescate, el beneficiario tributará en el IRPF por el rendimiento obtenido, no por la cantidad que vaya a percibir. Dicho de otro modo: a efectos fiscales, se restan las primas satisfechas al capital percibido.
Existen varios tipos de planes de jubilación:
- Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS): es un seguro de vida que ofrece un rendimiento sobre el capital generado con la parte de la prima que se destina al ahorro.
- Planes de Previsión Asegurados (PPA): se trata de un seguro de vida y ahorro, pero comparte características con los planes de pensiones.
- Unit Linked: toma la estructura de un seguro de vida, pero no ofrece una rentabilidad asegurada, tampoco aporta seguridad sobre el capital aportado.
¿Qué es un plan de pensiones?
Un plan de pensiones es un producto de ahorro voluntario y privado. Es una de las principales vías de ahorro para la jubilación y goza de una gran popularidad, a pesar de que suele ser un producto inflexible e ilíquido.
Este producto está especialmente diseñado para el ahorro a largo plazo (jubilación u otras contingencias) y tiene una serie de ventajas fiscales, aunque debemos señalar que estos incentivos se disfrutan únicamente en la etapa en la que se realizan las aportaciones. El ahorrador debe ser cauto y tener una buena planificación fiscal a la hora del reembolso: la tributación se difiere, no se elimina. Además, se tributa por todo el dinero percibido (capital y rendimiento), sumándose a la base imponible general.
Si quieres saber más sobre la fiscalidad de los planes de pensiones, te recomendamos que leas el siguiente artículo: Los planes de pensiones y las novedades en su fiscalidad.
Existen varios tipos de planes de pensiones, cada cual con su particular binomio de riesgo y rentabilidad. Incluso existen planes de pensiones garantizados (aunque sólo aseguran el capital invertido y el ahorrador debe mantener su dinero hasta el vencimiento). El ahorrador debe determinar cuál es el más adecuado a su perfil (renta fija, renta fija mixta y renta variable).
La característica que define a un plan de pensiones es que se encuentra adscrito a un fondo de pensiones: un patrimonio colectivo, sin personalidad jurídica propia, y compuesto por las aportaciones de todos los ahorradores.
Cada ahorrador contrata el plan de pensiones que mejor se adapte a sus necesidades, dependiendo de la rentabilidad y riesgo que pueda tener; a su vez, el plan de pensiones destina las aportaciones a un fondo de pensiones, que se encuentra administrado por una sociedad gestora. Un fondo de pensiones puede estar compuesto por múltiples planes de pensiones.
Otra de sus principales características es que las aportaciones realizadas no se pueden reembolsar hasta que se produzca la jubilación o cualquier otra circunstancia contemplada (como desempleo, enfermedad, invalidez, etc.) No se permite el rescate anticipado.
¿Cuál es la diferencia entre un plan de pensiones y un plan de jubilación?
Como se puede deducir, son dos productos financieros muy parecidos, aunque de naturaleza distinta y con diferentes características. Mientras que un plan de pensiones se adhiere a un fondo de pensiones (una inversión colectiva), un plan de jubilación se basa en un seguro. Ahora bien, ambos tipos de productos tienen el mismo objetivo: crear un ahorro para complementar las pensiones públicas percibidas en el momento de la jubilación.
Cada ahorrador, en función de sus necesidades, puede decantarse por uno u otro de ellos. Una buena planificación financiera y fiscal resulta necesario para escoger el instrumento más adecuado a nuestras necesidades. Principalmente, como en toda inversión, se valorará el riesgo, la rentabilidad, la liquidez y la fiscalidad, por lo que en estos párrafos realizaremos un análisis de todos ellos para valorar la diferencia entre plan de pensiones y plan de jubilación.
Comenzando por la rentabilidad, y generalizando, un plan de jubilación suele ofrecer unos rendimientos inferiores que un plan de pensiones. Este hecho se debe a que los planes de jubilación ofrecen una rentabilidad asegurada, por lo que suele ser más baja. En compensación, el ahorrador tiene un menor riesgo que en el caso de contratar un plan de pensiones.
Mientras que en un plan de jubilación se pagará una prima fija periódicamente, las aportaciones a un plan de pensiones son voluntarias. Si bien, es recomendable que también sean periódicas, pero no se tiene obligación de aportar todos los meses la misma cantidad.
En cuanto a su liquidez, los planes de jubilación son productos reembolsables (dependiendo de las condiciones pactadas); mientras que los planes de pensiones son productos totalmente ilíquidos: hasta que no se produzca uno de los supuestos que da origen al derecho de reembolso.
Una de las principales diferencias, que además le aporta ventaja al plan de jubilación sobre los planes de pensiones, es la fiscalidad. Es cierto que un plan de pensiones tiene una serie de deducciones por las aportaciones realizadas, sin embargo, a la hora del reembolso tiene una base imponible mayor. Los planes de jubilación, a pesar de que no gozan de las ventajas fiscales en el momento de realizar aportaciones, se ven favorecidos a la hora de su rescate. Estas cuestiones deben tenerse presentes, sobre todo si se pretende reembolsar un plan de pensiones en forma de capital. El tipo marginal de IRPF tiende a dispararse.