El nivel de exigencia de los asesores financieros profesionales en España y el resto de Europa es alto, particularmente con la entrada en vigor de la directiva europea MiFID II.
Pero cabe considerar que los clientes siempre buscan a los profesionales más cualificados a la hora de recibir consejos de inversión y conocer las mejores opciones de ahorro.
No obstante, su trabajo no acaba ahí, sino que hay un conjunto de aspectos imprescindibles que un gestor financiero debe revisar más allá del rendimiento de las inversiones, aspectos clave que pueden tener un impacto importante en el plano financiero de un cliente.
La recomendación implementada por Fondos es, como mínimo, una revisión de todos esos aspectos cada año.
1. Los datos personales
La lista de aspectos arranca con una obviedad: la dirección, el teléfono, el correo electrónico y otra información de contacto.
Mantener estos datos personales actualizados es fundamental, pero aún así muy a menudo se pasa por alto, y las consecuencias de ello pueden ser desde la pérdida de correspondencia postal importante a la no lectura de comunicaciones online o notificaciones relativas a gastos, cambios o impuestos.
Por ello, su gestor debe disponer siempre de los datos personales más recientes y correctos por si es necesario contactar con usted.
2. Flujo de efectivo
En este aspecto caben todos aquellos flujos de entrada o de salida, ingresos y gastos, más allá de la planificación de inversión.
La información es poder, y conocer entradas y salidas permite anticipar cambios y estar preparado para ellos, así como necesidades específicas que deben estar sobre la mesa si pueden tener un impacto en la estrategia de inversión o en la tolerancia del riesgo de la cartera.
El presupuesto el cliente determina esos factores y por ende las recomendaciones finales, pero no sólo eso: pueden cambiar, y el plan de inversión debe cambiar en consonancia.
3. Beneficiarios y Patrimonio
Este aspecto va tomando relevancia con el paso de los años, pues engloba beneficiarios de cuentas, de pólizas de seguro de vida, de pensiones y del patrimonio.
Esta revisión permite contabilizar hipotéticos testamentos, fideicomisos, poderes notariales, nuevas adquisiciones, herencias y legados, y mantiene el patrimonio en vigencia. Cada cambio merita una actualización.
Como nota adicional, es importante valorar dónde y cómo se guardan todos los documentos del patrimonio, escrituras, pólizas y otras actas notariales, así como los de los propios activos del plan de inversiones.
4. Reservas en efectivo
El efectivo es dinero en reserva para emergencias, imprevistos y, también, oportunidades que surjan.
La recomendación de Fondos es que se disponga de una reserva de efectivo que complemente la cartera de inversión, para que ésta no deba sufrir alteraciones en caso de un imprevisto financiero (la pérdida del trabajo, una subida de alquiler, un problema con un vehículo, etc).
En general, se recomienda un “cojín” de tres meses para personas con trabajo por cuenta de otro, y entre seis y doce para personas con trabajo por cuenta propia, dependiendo del tipo de negocio y de la estabilidad del mismo.
Es el llamado fondo de emergencias.
5. Seguros
Su gestor debe conocer los seguros que tiene contratados el cliente, desde seguros de vida a los de salud y a los seguros vinculados al patrimonio.
Esto incluye una revisión de los beneficiarios de dichos seguros y, tal vez, una comparativa de pólizas con las ofertas actuales del mercado.
Se incluyen aquí planes de pensiones, por lo que este aspecto merece una investigación recurrente y pormenorizada
6. Deudas
Revisar los términos y costes de cualquier deuda existente siempre es buena idea, y de forma individualizada.
Esto abre la puerta a posibles refinanciaciones, liquidaciones o consolidaciones como actuaciones sobre la deuda, cada cual adaptada al momento de la vida financiera del cliente.
7. Objetivos
Queda para el final el que quizá sea uno de los aspectos más importantes.
Los objetivos a medio y largo plazo implican cambios de estrategia significativos, desde el nivel de riesgo a la diversificación de la cartera.
Hay objetivos claros y otros que pueden cambiar con el paso de los años o los acontecimientos vitales (hijos, universidad, segundas residencias, etcétera) y el plan de inversiones debe ajustarse a estas realidades.
Cuanto antes se establezcan los objetivos, más margen de maniobra y más tiempo para planificar con la debida calma.
Esta lista no es, desde luego, exhaustiva, pues hay más circunstancias personales que pueden surgir y que su asesor financiero deberá tener en cuenta si quiere ofrecerle un servicio profesional y adecuado a sus necesidades específicas.