¿Cuáles serían las mejores opciones dónde invertir los ahorros para conseguir beneficios? Contestar a esta pregunta requiere, como primer paso, analizar bien cuál es tu perfil de riesgo.
Una inversión se caracteriza por ofrecer un beneficio a cambio de asumir un riesgo. Todos buscamos las mejores opciones de inversión para conseguir beneficios. Sin embargo, olvidamos a menudo el riesgo. Por otra parte, si tratamos de evitar el riesgo a toda costa, no alcanzaremos rendimientos superiores a la inflación; y esto también es un riesgo. La clave es saber dónde invertir nuestros ahorros asumiendo un riesgo adecuado.
¿Dónde invertir entonces tus ahorros para conseguir beneficios? Este artículo está dedicado a ofrecer una serie de tips que te permitirán cumplir con este objetivo.
El riesgo lo podríamos definir como la probabilidad de que se materialice un contratiempo. En este caso sería que nuestra inversión no alcance la rentabilidad esperada; e incluso se incurra en pérdidas. Los beneficios de la inversión sólo son la recompensa por asumir el mencionado riesgo.
Si quieres saber más sobre el riesgo, te recomendamos el siguiente artículo: ¿Te preguntas dónde invertir tu dinero sin riesgo?
Por consiguiente, ¿deberíamos invertir pensando en los beneficios o pensando en el riesgo? Se recomienda siempre pensar en el riesgo en primer lugar: En base a un riesgo adecuado para nuestro perfil como inversores, nos será posible determinar las mejores opciones para invertir los ahorros.
Una estrategia inversora bien planteada tiene en cuenta el potencial riesgo y el potencial beneficio. Después, marca una serie de directrices para conseguir minimizar el uno y maximizar el otro.
En este punto debemos destacar que la diversificación, gestión profesional y fiscalidad de los fondos de inversión hacen posible potenciar los beneficios relativos a la exposición al riesgo.
Así pues, en estas líneas hemos obtenido dos claras conclusiones:
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Dentro de todas las alternativas de inversión, la primera y principal medida para una correcta elección es atender a los niveles de inflación y la posible evolución de la misma. Si la rentabilidad ofrecida no logra batir el crecimiento de los precios, estaremos obteniendo pérdidas en términos reales.
Incluso las estrategias más conservadoras, aquellas que no buscan beneficios sino seguridad para los ahorros, tienen como primer objetivo la preservación del capital. Y es que la inflación es una termita para el capital, aun teniendo una rentabilidad del 1% en una inversión libre de riesgo, se está perdiendo poder adquisitivo, simplemente porque el dinero ahorrado decrece a un ritmo del 0,8% anual (según los últimos datos de IPC publicados por el Instituto Nacional de Estadística) y tendríamos que restarles los costes fiscales. Los beneficios reales serían negativos.
Este primer objetivo obliga al inversor a asumir otra serie de riesgos para evitar el riesgo de inflación, que está presente en todos los casos (a no ser que sea negativa, pero la deflación trae consigo otra serie de problemas). Por tanto, la inversión completamente libre de riesgos es una quimera.
De esta manera, podríamos descartar de nuestras opciones para conseguir beneficios aquellos productos financieros que no consigan superar la inflación. Tales productos se caracterizan por presentarse como ausentes de riesgos, cuando en realidad se está asumiendo un riesgo de los más nocivos, pero silencioso: la inflación.
Bajo la excusa de que son un producto seguro, dado que ofrecen una rentabilidad prefijada y no hay posibilidad de que el capital merme debido a que no fluctúa en un mercado financiero, ofrecen rentabilidades por debajo de los niveles inflacionarios. Por ejemplo, podríamos citar dos depósitos bancarios a 12 meses: BlueOrange ofrece una TAE de un 0,85%. Privatbanka ofrece un 070% TAE.
Recordemos que, de cada liquidación de intereses, Hacienda retiene el 19%. Por lo que, en realidad, tal y como se presentan los niveles inflacionarios, es difícil que un depósito bancario pueda ofrecer rentabilidades reales positivas (teniendo en cuenta el impacto fiscal + el efecto de la inflación).
Todo ello con un riesgo añadido: son productos carentes de liquidez, en caso de necesitar ajustar el capital o simplemente retirarlo, no será posible sin hacer frente a una penalización.
Al inmovilizar nuestro capital también se están perdiendo opciones de inversión más rentables (¿Y si suben los tipos de interés?). Los depósitos bancarios no son productos dónde invertir los ahorros tan seguros como pueden parecer.
Una vez claro este objetivo básico, el siguiente paso para determinar dónde invertir tus ahorros sería precisar la cantidad de riesgo que estás dispuesto a asumir. En caso contrario, podrías sumergirnos en una estrategia inadecuada, aquella que puede hacerte pensar en conseguir grandes beneficios, pero que puede suponerte una pérdida severa en tu patrimonio y en tu tranquilidad; de esas que cuesta trabajo superar.
Teniendo presente nuestra situación personal, fiscal, familiar y financiera, debemos ser capaces de catalogarnos dentro de un perfil inversor. Para ser sinceros, existen tantos perfiles como inversores pueda haber. Dado que todos los perfiles están sujetos a matices, las estrategias son adaptables. No obstante, se parte de una clasificación básica (de menor a mayor riesgo asumido):
En caso de tener dificultad para establecer tu perfil y afinar con tus inversiones financieras, un asesor financiero puede serte de gran ayuda. Actualmente, como en tantas otras profesiones, existen asesores financieros informatizados (los llamados “robo advisors”) que logran llevar a cabo esta tarea con eficacia y sin grandes costes para el ahorrador.
Las claves para saber dónde invertir tus ahorros, según tu perfil, te las mostramos a continuación.
Un perfil conservador se caracteriza por tener una fuerte aversión al riesgo. En ocasiones, su objetivo mínimo es alcanzar rentabilidades que igualen o superen ligeramente la inflación (teniendo también presentes los costes fiscales); se trata de una estrategia de preservación del capital y sería, dentro de los perfiles conservadores, la más defensiva.
Tal y como exponemos en el título de este artículo, si tratas de invertir tus ahorros con vistas a conseguir beneficios, una estrategia de perfil conservador debería obtener una rentabilidad mínima igual al IPC interanual más un 1%.
Los productos de renta fija, los más adecuados para este tipo de inversiones por su propia naturaleza, serían los protagonistas (podríamos invertir en bonos corporativos de alto rendimiento y renta fija emergente, pero supondría un riesgo inadecuado si no se combinase con otro tipo títulos). La cuestión es configurar una cartera bien diversificada, en la que la renta fija jugará el papel principal.
Algunos fondos de inversión recomendables para invertir nuestros ahorros si tenemos un perfil conservador pueden ser:
El inversor moderado puede asumir un nivel de riesgo mayor, estaría un escalón por encima del perfil conservador a la hora de conseguir beneficios por sus ahorros. En este caso, sí que podríamos hablar de inversiones financieras capaces de brindar rendimientos superiores a la inflación sin mucha dificultad, aunque sin perder de vista la seguridad. Acometería un tipo de estrategia en la cual se compensa el riesgo y el beneficio, sin dar prioridad a ninguno de estos dos factores.
El equilibrio entre los productos de renta fija y renta variable en una cartera eficazmente diversificada es la clave en este tipo de inversiones. Afortunadamente, existen productos tales como los fondos mixtos, con diferentes niveles de riesgo y distintas políticas de inversión que pueden ayudar a este tipo de ahorradores a conseguir beneficios. Aunque se recomendaría incorporar algún otro tipo de fondo en una cesta global para dotar de mayor diversidad a la inversión y potenciar el beneficio (o reducir el riesgo).
Dentro de las mejores opciones para conseguir beneficios en perfiles moderados, algunos de los fondos de inversión que pueden ayudar a aquellos con perfiles moderados podrían ser:
El hecho de tener un perfil dinámico, aquel que tiene una mayor tolerancia al riesgo, no significa que este deba ser obviado. La característica de este tipo de inversiones es que pueden permitirse conseguir mejores rendimientos, pero el riesgo siempre debe ser medido y gestionado. Aquí, en este punto, sí que podemos hablar de buenas rentabilidades.
En síntesis, es un tipo de inversión que prima la rentabilidad por encima del riesgo. Pueden ser tenidos en cuenta activos y estrategias más sofisticadas: renta variable, mercados emergentes, sectores y empresas de alto crecimiento, incorporación de algún producto derivado en la cartera de inversión, etc.
Algunos fondos de inversión que componen carteras diseñadas para este tipo de perfil inversor podrían ser:
Lo interesante para conseguir beneficios, a la par que se controla el riesgo, es que puedes invertir tus ahorros en varios de estos productos, combinándolos en una cesta global. Así pues, un fondo de perfil dinámico, junto con otro de retorno absoluto o renta fija que aporte estabilidad, puede ser una buena decisión para un perfil conservador-moderado.
Es claro que existen muy buenas opciones donde invertir tus ahorros, sólo tienes que tener presente tu perfil de riesgo y determinar una rentabilidad objetivo. Un inversor conservador, preferirá fondos de renta fija. A partir de este punto, se podría ir aumentando el binomio riesgo/rentabilidad.