¿Son seguros los fondos de inversión? Estos productos financieros sólo tienen un riesgo: El riesgo de mercado. ¿Es posible controlarlo? ¿Y suprimirlo? Si fuese así, hablaríamos de fondos de inversión sin riesgo…
Cuando oímos “riesgo”, pensamos en la posibilidad de que nuestros ahorros se vean mermados como consecuencia de una pérdida de valor de los activos, o productos financieros, en los cuales están invertidos.
¡Correcto! Este sería el riesgo más común; el famoso y antiguo “riesgo de mercado”. En realidad, es el más visible que existe, pero no es el único. Como veremos más adelante, un activo financiero se evalúa en parte midiendo este riesgo.
Los fondos de inversión no son ajenos a todo esto. Bueno… a decir verdad, existe un tipo de fondos de inversión que elimina el riesgo de mercado, por lo que podríamos admitir que existen fondos de inversión sin riesgo alguno.
Vamos a ir repasando todos los aspectos relativos a la seguridad de los fondos de inversión, hasta pasar a ver el único riesgo que presentan, con objeto de averiguar cómo podemos controlarlo. Seguidamente, trataremos el asunto de su eliminación completa; a través de los mencionados “fondos de inversión sin riesgo”.
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Es prácticamente imposible que un fondo de inversión desaparezca con nuestro dinero. La Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV) supervisa de cerca a las sociedades gestoras y depositarias de estos productos. Vela por el cumplimiento de la normativa en materia financiera para que no se cometan este tipo de fraudes.
Los fondos de inversión están sometidos a exigencias en sus conductas. Estas exigencias vienen marcadas en la Ley del Mercado de Valores, la Ley y el Reglamento de Instituciones de Inversión Colectiva y la reglamentación interna del propio fondo (que dicta sus políticas de inversión y capacidad de asumir riesgos). Lo que hace la CNMV es vigilar que todo este compendio normativo se cumpla como es debido; de tal modo que se garantice la estabilidad del sistema financiero y la protección a los inversores.
Para llevar a cabo sus controles, la CNMV recopila toda la información de los fondos, gestoras y entidades depositarias. Verifica que esta información sea cierta, realiza inspecciones, sanciona, otorga licencias, retira licencias, etc. De tal manera que, si un fondo de inversión está registrado y en funcionamiento, es porque cumple con todos los requisitos de seguridad que se le exigen.
Sí, existe el riesgo de que quiebre la sociedad gestora de carteras (que administra un fondo de inversión). Pero este riesgo no afecta de ningún modo al inversor.
El patrimonio de un fondo de inversión no forma parte de la sociedad gestora, depositaria o cualquier banco dónde se hayan podido suscribir las participaciones. El patrimonio de un fondo de inversión pertenece a los partícipes exclusivamente.
Esto significa que, si la sociedad gestora entra en concurso de acreedores, el patrimonio del fondo no entra a formar parte de la masa activa del concurso. El dinero del fondo no figura en su balance.
En cualquier caso, si la sociedad gestora no puede devolvernos el dinero de las participaciones por motivos de insolvencia, tampoco sería un problema que nos deba preocupar. Estas sociedades están adscritas a un fondo de garantía de inversiones (por imperativo legal y con la CNMV pendiente de que así sea). Los fondos de garantía tienen por objeto indemnizar a los clientes en tales supuestos.
Entre las ventajas que presentan los fondos de inversión destacan la transparencia, fiscalidad, diversificación, gestión profesional y, por supuesto, la liquidez.
Cada vez que un inversor desee suscribir o reembolsar participaciones en un fondo de inversión, la sociedad gestora le garantiza contrapartida al precio que se encuentren las participaciones (el precio del día de la solicitud o el día siguiente a la misma).
En cualquier momento podemos retirar nuestro dinero de un fondo de inversión y dar por terminada la operación, sin que la venta nos cause ningún perjuicio (más allá de alguna posible comisión por reembolso, aún así estas comisiones no suelen ser comunes y son conocidas antes de invertir).
Los fondos de inversión (a excepción de los fondos garantizados, que veremos en breve) no pueden garantizar rentabilidad por nuestros ahorros. Están sometidos al riesgo de mercado, como sucede con la mayor parte de los productos de inversión.
No obstante, este riesgo puede ser medido, controlado y minimizado. Hasta tal punto que, el propio inversor tiene una previsión de la rentabilidad que puede obtener y el riesgo de mercado al cual se expone antes de suscribir participaciones.
Toda inversión tiene un riesgo. Esto no es motivo para temer la inversión, siempre y cuando el riesgo se conozca y se pongan los mecanismos necesarios para que no nos produzca un daño irreparable. Por otra parte, la rentabilidad esperada debe ser acorde al riesgo asumido.
Ya de por sí, un fondo tiene dos ventajas que hacen que sea más seguro:
Al suscribir participaciones de un fondo de inversión podemos comprobar toda la información relevante del mismo para tomar una decisión acertada. Es la propia CNMV la que impone esta condición. Atendiendo a esta información, podemos controlar el riesgo de evolución en los mercados financieros. Principalmente deberemos prestar atención a:
Entre otras variables, estas serían las más básicas para controlar el riesgo de un fondo de inversión.
Ahora bien, puesto que este es el único riesgo existente en un fondo de inversión, ¿qué pasaría si lo conseguimos eliminar garantizando una rentabilidad?
Efectivamente, existen los fondos de inversión sin riesgo, no son una leyenda. En realidad, como pasa con otros productos financieros que también garantizan unos rendimientos (como los depósitos bancarios), siempre se debe renunciar a algo. Pongamos un ejemplo:
En el caso de los depósitos bancarios renunciamos a una rentabilidad que supere la inflación y a la liquidez de la inversión. No es posible retirar el dinero sin una penalización, por consiguiente, canjeamos la “seguirdad” por “liquidez”.
A decir verdad, el producto financiero perfecto no existe. Pero, si existiese, ¿cómo podríamos detectarlo?
Solamente debemos tener en cuenta tres variables para dar con el producto financiero perfecto:
Si un producto goza de estas tres características de una forma completa, no podríamos comprarlo; porque no quedaría ninguno disponible en el mercado. Se trataría del activo perfecto. Desgraciadamente, esto no es posible, alguna carencia debe tener.
El simple hecho de conseguir liquidez implica que debe estar disponible en un mercado. Con el fin de que se pueda comprar libre y fácilmente.
El hecho de estar disponible en un mercado implica que su precio debe fluctuar. Puesto que hay oferta y demanda. Estas dos fuerzas se desequilibran y el activo varía de precio (ley de la oferta y demanda)…
… Y el hecho de que deba fluctuar implica que existe un riesgo a que baje su precio. Produciendo unos rendimientos negativos en el momento de venderlo.
Si eliminamos la liquidez, eliminamos el riesgo de mercado, pero también la rentabilidad potencial. ¿Cómo venderemos entonces el activo, para transformarlo en dinero y culminar el objetivo de toda inversión, si no existe un mercado para ello? Necesitaríamos encontrar un comprador y, además, es muy probable que debamos ofertarle. Bajando el precio en el momento de la venta.
Como podemos ver, es la cuadratura del círculo. Sin embargo, si existe un producto que se acerca más a lo que sería el “activo ideal” son los fondos de inversión. Cualquier tipo de fondo. Siempre y cuando se adapte a nuestras características como inversores.
¿En qué nos basamos para afirmar esto? Como hemos podido ir observando a lo largo de estas líneas, el único riesgo que presentan los fondos de inversión es el riesgo de fluctuación de precios y, aún así, este riesgo es menor que otros productos. Amén de que es controlable.
Por lo demás, tienen unas condiciones de rentabilidad ajustadas a dicho riesgo bastante razonables. Sin contar con una total liquidez.
No obstante, para aquellos que buscan otras opciones, existen incluso una categoría de fondos de inversión en los que el riesgo de mercado se elimina: Son los fondos garantizados.
Estos fondos ofrecen un rendimiento fijo o vinculado a algún indicador de referencia; puede ser un índice bursátil o de cualquier otro mercado (por ejemplo, el Euríbor).
No obstante, para que la garantía sea efectiva, normalmente imponen unas ciertas restricciones de liquidez. No tan absolutas como en el caso de un depósito bancario, pero sí se suelen establecer una fecha de vencimiento para ejecutar la garantía. Así como un determinado período de tiempo para realizar las aportaciones.
Si el inversor retira los fondos antes (o incluso después) de la fecha de vencimiento, no obtendrá garantía de rentabilidad por su dinero. Pasando a ser como un fondo de las restantes categorías.
Si estás interesado en saber más acerca de cuáles son los mejores fondos garantizados, te recomendamos el siguiente enlace: Fondos garantizados
Por lo tanto, la pregunta inicial sobre si existen realmente los fondos de inversión sin riesgo puede darse por afirmativa. Seguridad y rentabilidad. Ahora bien, la liquidez es lo que se vería reducida; aunque tampoco se elimina del todo.
Ahora es tu turno, ¿prefieres asumir un riesgo de fluctuación de un modo controlado, con todas las ventajas inherentes a los fondos de inversión? ¿o prefieres un fondo de inversión sin riesgo (fondo garantizado)?