El petróleo es la fuente de energía por excelencia.
Sin él no existiría la producción, transporte y un sinfín de utilidades para la economía.
No obstante, cuando hablamos de petróleo cotizado nos referimos al crudo (aunque es posible invertir en derivados, como la gasolina).
El petróleo se negocia en crudo, en una medida llamada “barril” que corresponde a 42 galones (unos 159 litros aproximadamente).
Existen varios tipos de esta materia prima:
Sin embargo, se tienen en cuenta dos tipos que corresponden a dos mercados de petróleo crudo claramente diferenciados: El West Texas Intermediate (WTI) – extraído en Texas y Oklahoma – y el crudo de Brent (extraído en el Mar del Norte, principalmente).
Este último es más dulce y ligero; se trata de un petróleo de mayor calidad.
Tanto uno como el otro se caracterizan por ser unos mercados muy agresivos y espinosos. En cualquier caso, este tipo de inversiones también presentan ventajas y podemos tenerlas presentes a la hora de configurar nuestras inversiones.
¿Cómo podemos encontrar entonces las mejores oportunidades a la hora de invertir en petróleo?
Si sigues leyendo entenderás cómo enfocar la mejor estrategia de inversión en petróleo.
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Al invertir en petróleo estamos realizando una jugada estratégica, basándonos en la idea de que la economía crecerá a largo plazo y, consecuentemente, aumentará la demanda de energía.
Por tratarse de una materia prima, no pierde valor con el paso del tiempo. Todo lo contrario, el petróleo marca el crecimiento de los precios.
En otras palabras: es un indicador de inflación.
Este producto tiene una demanda inelástica, es decir, aunque su precio suba se debe seguir consumiendo para dar vida a toda la industria y transporte (mientras no aparezca ningún producto sustitutivo de forma definitiva).
Entonces, el sobrecoste que supondría este aumento del precio del petróleo (y paralelamente de los demás productos energéticos) se traslada a los precios de los bienes y productos finales. Por lo que la inflación aumenta.
Lo expuesto en el párrafo anterior encierra otra de las ventajas a la hora de invertir en petróleo: a pesar de estar inmersos en una época de recesión económica, habrá un umbral de demanda mínimo de energía.
Así pues, el petróleo puede ser un activo a utilizar como defensa contra la inflación y contra épocas de recesión económica.
Con esto no pretendemos expresar que un inversor deba inmediatamente colocar todos sus ahorros en petróleo, puesto que las inversiones en materias primas deben ser planteadas de un modo muy táctico.
Algunas de ellas, y en concreto el activo que hoy nos atañe, pueden llegar a ser muy volátiles, exigiendo una exquisita gestión.
Este aspecto de la volatilidad y riesgo, que a priori podría suponer un inconveniente y deberíamos indicar en el apartado siguiente, también puede suponer otra ventaja: el petróleo puede optimizar la rentabilidad de nuestra cartera si se gestiona bien la inversión.
Por tanto, y como resumen, las principales ventajas de invertir en petróleo serían las siguientes:
No podemos obviar, como principal inconveniente, la aparición de nuevas fuentes de energía alternativas que pueden suponer una amenaza para la demanda del crudo.
Esto puede poner en peligro las inversiones a largo plazo.
A día de hoy el petróleo es la principal energía, marcando tendencia en los precios de las otras alternativas. No obstante, se habla de que estas fuentes alternativas pueden dar lugar al fin de “la dictadura del crudo”.
Debe seguirse de cerca la evolución del sector energético y las innovaciones en este campo para poder ajustar nuestras inversiones en petróleo con agilidad.
En otro orden, y volviendo al presente, es difícil determinar el valor que puede tener el petróleo. No nos estamos refiriendo a su precio, sino a si su precio es alto o bajo en relación con su valor objetivo.
Es una premisa fundamental en inversiones el comprar barato y vender caro, pero mucho más cuando tratamos con activos que no ofrecen un flujo de rentas (no reparten intereses o dividendos), puesto que la rentabilidad proviene únicamente de la diferencia entre el precio de compra o el precio de venta.
La cotización del petróleo se determina por oferta y demanda.
La cantidad de oferta viene marcada por la situación (económica, política y social) de los países productores, la mayoría en constante tensión. Se trata de un activo muy sensible a la situación geopolítica. Las decisiones de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) pueden alterar su precio con facilidad.
En cuanto a la demanda, principalmente viene determinada por la coyuntura económica mundial.
Cuanto más se produzca y cuanto más crezca la economía, mayor energía precisará y más cantidad de petróleo se demandará, haciendo subir de este modo el precio del barril. No hay que perder de vista a países como China, potencia económica industrial.
Todo ello sin contar con la influencia que tiene la estabilidad del dólar de Estados Unidos y la correlación que presenta con economías basadas en las materias primas, como por ejemplo Canadá (de hecho, el dólar canadiense está íntimamente ligado a la cotización del petróleo).
Cómo podemos observar, se trata de un mercado muy complejo (además de volátil), de difícil acceso a los inversores.
Todos los factores que intervienen en la estimación de un precio objetivo son laberínticos, cuanto más para un inversor medio. No sería factible realizar operaciones especulativas: se trata de un activo de alto riesgo.
Precisa, mejor dicho, exige, que sea diversificado para compensar este riesgo.
Invertir en petróleo debe ser un complemento en nuestra cartera, no el foco principal y ni mucho menos el activo determinante (a no ser que se tenga una tolerancia al riesgo extremadamente alta, experiencia en inversiones y se conozca el sector con profundidad).
En consecuencia, podemos resumir los principales inconvenientes a la hora de invertir en petróleo de tal forma:
Una vez analizadas las ventajas y los inconvenientes de invertir en petróleo, estamos en disposición de decidir cuáles serían las mejores estrategias.
Aquellas que nos permitan aprovechar mejor las oportunidades.
Grosso modo, las estrategias disponibles para invertir en petróleo serían las siguientes:
Se puede extraer como conclusión que las mejores oportunidades serían aquellas que nos permitan reducir los riesgos inherentes a las inversiones en petróleo al máximo exponente. Esto sólo se consigue diversificando y dando a este tipo de inversiones la categoría que merecen: un complemento de una cartera más global (consecuentemente, diversificando y exhibiendo una buena gestión).
Los fondos de inversión nos brindan todas estas cuestiones, haciendo de estos productos una de las mejores alternativas a la hora de invertir en petróleo.
Combinan todos los elementos necesarios para aprovechar las ventajas y reducir los inconvenientes.