¿Qué es y para qué sirve un hedge fund? Esta es la pregunta que vamos a contestar a lo largo de este artículo. Además de esto, podrás saber qué características tiene un fondo de cobertura, cuáles son sus ventajas y desventajas con respecto a un fondo de inversión tradicional y expondremos algunos tipos de estrategias que llevan a cabo, para un mejor conocimiento de los mismos.
Quizá ahora estés confuso, ¿no es un fondo para darnos cobertura, tal y como se deduce de su propio nombre? La respuesta es sí y no a la vez. Es cierto que este tipo de fondos ofrecen cobertura, sin embargo, el tipo de cobertura que brindan es sólo ante una mala evolución de los mercados financieros. Ahora bien, no son precisamente fondos de inversión exentos de riesgo.
La traducción literal es “fondo de cobertura”, pero estos productos financieros también son llamados fondos de gestión libre, fondos de gestión alternativa o fondos de inversión libre (esta última es su denominación legal en España). Se trata de fondos de inversión que rompen los moldes tradicionales, puesto que no tienen impuestas las restricciones de inversión propias de los fondos corrientes, el gestor tiene plena libertad para escoger los activos que van a componer la cartera.
Aprovechando esta libertad, los fondos de cobertura diseñan una serie de estrategias complejas, utilizando instrumentos financieros derivados, con un propósito muy concreto: Maximizar la rentabilidad sea cual sea la tendencia del mercado. En otras palabras, aunque el mercado presente un comportamiento bajista, los hedge funds pretenden obtener rendimientos positivos.
Para conseguir su objetivo, al gestor no le tiembla el pulso a la hora de realizar ventas al descubierto (véase este artículo: Acciones prestadas y la cobertura de riesgos), utilizar el apalancamiento y acometer inversiones especulativas con derivados financieros (no aptas para inversores particulares). Por consiguiente, este tipo de fondos presentan un alto riesgo, a pesar de que pueden actuar como colchón en épocas bajistas.
Tal y cómo estábamos comentando, pueden ser fondos arriesgados, debido a la naturaleza de los activos en los que invierten y la mayor libertad a la hora de aplicar estrategias. Asimismo, este tipo de fondos tienen unas características diferenciadoras con respecto a los fondos de inversión tradicionales:
En términos generales, un fondo de cobertura aporta una triple ventaja al inversor:
Por el contrario, las desventajas de los fondos de cobertura son inherentes a sus propias características:
En el folleto informativo de un fondo de cobertura se podrán observar sus datos cualitativos y el tipo de estrategia que sigue. Las estrategias que pueda seguir un hedge fund son heterogéneas. Algunas de las más comunes son las siguientes:
Esta estrategia trata de obtener un beneficio a través de la compra y la venta de distintos valores de forma simultánea. Se intenta minimizar el riesgo de mercado de esta forma: tomando posiciones largas y posiciones cortas al mismo tiempo, sobre títulos que presenten alguna vinculación entre ellos. Es posible aplicarla con distintos instrumentos financieros (acciones, bonos, futuros financieros, etc.).
Un ejemplo de inversión long-short sería el analizar e identificar diferencias de precios entre acciones de compañías pertenecientes a un mismo sector. Se tomaría una posición larga en aquellas que se encuentren infravaloradas y una posición corta en aquellas sobrevaloradas.
Cuando ambas posiciones se toman por el mismo importe recibe el nombre de “market neutral”. Puede también realizarse entre diferentes instrumentos (por ejemplo, acciones e índices bursátiles).
Este tipo de estrategia suele utilizarse en instrumentos del mercado de deuda pública (títulos de renta fija que tienen una gran liquidez). Consiste, básicamente, en analizar el rendimiento de bonos a diferentes plazos e identificar discrepancias valorativas entre ellos.
Por ejemplo, si la curva de tipos de interés es ascendente (cuanto mayor sea el plazo de los bonos, mayor será el interés pagado por estos), podría pedirse dinero prestado a corto plazo para reinvertirlo a largo plazo. De esta manera se obtendría un rendimiento procedente del diferencial del interés que ofrecen ambos tipos de bonos (dentro de este tipo de estrategias, esta sería una de las más elementales).
Puede aplicarse sobre títulos de renta fija al contado, con futuros financieros sobre este tipo de activos o combinando ambos.
Simplemente es identificar y comprar compañías que se prevé que vayan a recuperarse de un proceso de reorganización o situación dificultosa, a precio de ganga. Por el contrario, también pueden venderse en corto títulos de empresas que se espera no se recuperen de un proceso de quiebra o vayan a entrar en el mismo.
Las previsiones deben ser precisas, puesto que el riesgo de equivocarse puede hacer perder todo el capital destinado a esta operación (imaginemos una empresa comprada que no logra recuperarse). Un análisis muy riguroso y una excelente gestión del dinero a invertir en cada operación (en función del riesgo que presenten) son las claves.
Una estrategia similar a esta puede establecerse durante un proceso de reestructuración o fusión entre empresas.
Esta estrategia se establece sobre títulos de renta fija y no es necesario que el emisor del activo se encuentre en una situación de extrema dificultad. Simplemente se basan en prever si el emisor va a sufrir algún tipo de cambio en cuanto a su situación de solvencia. De darse el caso, cambiaría su calificación crediticia (o rating) y se alteraría el precio de sus títulos en el mercado (el diferencial por prima de riesgo).
Consistiría pues en la compra de aquellas emisiones que se esperan vayan a subir de precio por este motivo y vender aquellas otras sobre las que pese una previsión de caída. Para ello es necesario un completo análisis fundamental.
Es posible utilizar esta estrategia en múltiples tipos de activos (renta fija, renta variable, divisas, etc.), también sobre sus respectivos derivados (futuros, opciones, etc.). La estrategia se fundamenta en los desajustes puntuales existentes en el mercado. Es posible tomar posiciones cortas o largas sobre los instrumentos que se encuentran en situación de desarreglo y esperar a que vuelvan a situarse en equilibrio.
Para abordar estrategias de arbitraje es preciso contar con medios tecnológicos avanzados y un gran capital (los diferenciales son mínimos y suelen ajustarse muy rápidamente).
Vamos a poner un ejemplo para que todo lo dicho se entienda mejor, supongamos dos pares de divisas, la libra esterlina contra el dólar de Estados Unidos (GBP/USD) y el dólar de Estados Unidos contra el yen japonés (USD/JPY).
Si tomamos las cotizaciones de ambos pares y realizamos los cálculos necesarios, podemos cruzarlas y determinar cuál debería ser la cotización de la libra esterlina contra el yen japonés (GBP/JPY), eliminando de la ecuación el dólar de Estados Unidos. Este sería el precio teórico y ajustado al que debería cotizar el par de divisas GBP/JPY.
Sin embargo, por los azares del mercado (las compras y las ventas que se realizan), este par de divisas no cotiza siempre a su precio exacto, es decir, el puro cálculo de cruzar los dos pares de divisas anteriores no coincide con su cotización real en el mercado. Es en este momento cuando los arbitrajistas entran en juego.
El desajuste entre el precio de mercado real y su precio teórico es mínimo, es necesario invertir una gran suma de dinero para obtener un beneficio aceptable. Además, este desajuste suele durar muy poco tiempo, porque al intervenir los propios arbitrajistas provocan que el precio vuelva a su posición natural.
Para aprovechar la discrepancia que pueda existir se utilizan ordenadores de alta frecuencia, aquellos que realizan operaciones de compra y venta doce veces más rápido de lo que se tarda en parpadear. Eso sí, son operaciones consideradas exentas de riesgo.
En síntesis, podemos comprobar como un fondo de cobertura escapa de la inversión tradicional consistente en comprar activos, construir una cartera, ajustarla, reorganizarla, cuidarla y mimarla. Así pues, un hedge fund puede sernos útil en algunas circunstancias. Si embargo, las características que presenta este tipo de fondos de inversión los convierte en instrumentos arriesgados y especulativos.