¿Por dónde puedo empezar si quiero empezar a invertir en bolsa? ¿Qué necesito y cómo puedo conseguirlo? En este artículo vamos a dar respuesta a esta y otras preguntas.
Es posible que el mundo de las inversiones bursátiles te llame la atención, puede que creas que ganarás mucho dinero o puede que te guste el reto intelectual que supone. En cualquiera de los casos, has tomado una decisión: “quiero invertir en bolsa”. Ahora, viene el siguiente paso, el “donde puedo invertir en bolsa”. ¿Por dónde empezar?
Las inversiones financieras, en sí mismas, sólo son una compraventa, en este caso de activos financieros, también llamados de títulos-valores. Aunque lo que explicaremos a continuación puede ser extrapolable a casi todo tipo de activos financieros, cuando hablamos de la bolsa, en sentido estricto de la palabra, nos referimos al mercado en el cual se compran y se venden acciones de empresas.
Un pequeño ahorrador tiene las puertas abiertas si quiere invertir en bolsa. Pero también debe ser consciente de que tiene una serie de dificultades que debe superar. ¿Cómo? Es lo que vamos a explicar en este a continuación.
Partiendo de esta base, ¿qué necesitamos si lo que queremos es comprar acciones en el mercado bursátil?
Si quiero invertir en bolsa necesitaré dinero, pero ¿mucho?
Si lo que se pretende es comprar algo, como es lógico habrá que pagar un precio por ello. Cuando se vende, seremos nosotros los perceptores del dinero y entregaremos el bien. Cuando hablamos de la bolsa es exactamente igual, solo que el bien objeto del intercambio son las acciones de empresas.
Por supuesto, para invertir (comprar acciones) en bolsa necesitarás dinero. A este dinero se le denomina el capital de la inversión y lo que pretendemos es obtener una rentabilidad sobre el mismo. Este debe ser tu objetivo si lo que quieres es invertir en bolsa: rentabilizar el capital.
Para ser más preciso en tu objetivo, deberás en principio conocer cuál es tu situación financiera, el capital del que dispones, personal, fiscal, familiar etc. Esto te ayudará a determinar qué riesgo puedes asumir y si la bolsa es adecuada para ti. Si no fuese así, existen otro tipo de activos financieros que tienen menos riesgo, como los bonos (títulos de renta fija).
En todos los casos necesitarás dinero, pero puedes empezar poco a poco, no necesitas mucho. Con un pequeño ahorro mensual (por ejemplo, entre 50 y 100 euros al mes), realizando compras periódicas, podrás tener resultados. He aquí tu segunda tarea: piensa en la bolsa como un medio para instrumentar tus ahorros, no como un casino que te hará ganar mucho dinero.
Ahora viene lo más delicado: Si colocamos todo nuestro dinero en un solo valor, puede que este nos falle y tengamos una pérdida importante. Para solucionar esto, los inversores experimentados recurren a la diversificación, es decir, componer una cartera con diferentes valores, debidamente equilibrada para que los riesgos de unos títulos se compensen con otros.
Podemos diversificar, pero en este caso, sí que sería preciso contar con un mayor capital inicial. De otro modo, mes a mes podríamos ir construyendo nuestra cartera. Sin embargo, mientras tanto tendremos el riesgo de que nuestras (pocas) acciones sufran una depreciación.
La diversificación y las compras periódicas constituyen uno de los mejores métodos para mitigar el riesgo a la hora de invertir en bolsa.
¿Y cómo compro las acciones?
Nadie puede acudir directamente al mercado bursátil excepto sus miembros. La bolsa no es una entidad de derecho público, es privada (aunque esté regulada y supervisada). Está gestionada por una sociedad rectora y a ella pertenecen una serie de socios. Los accionistas de la sociedad rectora son los que pueden negociar los títulos directamente en el mercado, por cuenta propia o por cuenta ajena.
Esto significa que, forzosamente, a la hora de comprar o vender títulos valores en un mercado oficial debemos ponernos en contacto con un agente debidamente autorizado para ello; alguien que pueda acudir al mercado en nuestro nombre. En términos prácticos: Un bróker.
Para ser bróker se debe contar con la correspondiente licencia y cumplir con los requisitos que impone la normativa vigente (para beneficio del inversor). Existen varios tipos de brókers:
- Las sociedades de valores: Pueden negociar títulos por su propia cuenta y por cuenta de un tercero.
- Las agencias de valores: Sólo pueden negociar títulos por cuenta ajena.
- Las entidades de crédito: Nuestro propio banco puede ser perfectamente nuestro bróker.
No todos los brókers son miembros de la bolsa ni pueden negociar directamente en el mercado. Pero entre ellos se entienden y hacen posible que nosotros podamos comprar y vender acciones.
¿Qué debo tener en cuenta al contratar un bróker?
Contratar un bróker es sencillo, sólo necesitamos capacidad de obrar (ser mayor de 18 años y no estar incapacitado judicialmente). Basta firmar un contrato para abrir una cuenta de valores, que funciona igual que una cuenta corriente, sólo que en ella se depositan las acciones y no dinero. Paralelamente, podremos tener otra cuenta con el bróker, en la cual depositaremos el capital.
En este punto es importante tener presente que el bróker no hace su trabajo gratis, cobra una serie de comisiones por los servicios prestados. Estas comisiones deben ser tenidas en cuenta, porque tienen un impacto en la rentabilidad de nuestra inversión en bolsa.
Las comisiones a pagar son las siguientes:
- Costes de intermediación: Son las comisiones más comunes, se trata de una cantidad a pagar cada vez que el bróker compra y/o vende acciones en nuestro nombre. En esta comisión se incluyen los honorarios del intermediario por hacer su trabajo y todos los cánones que la bolsa cobra cada vez que se negocian valores en ella.
- Comisión de mantenimiento: Se trata de los costes de administración de la cuenta de valores.
- Comisión por cobro de dividendos: Cada vez que se cobren los dividendos de nuestras acciones, el bróker cobrará una comisión por gestionar dicho cobro.
- Otras comisiones: Nuestro bróker también puede aplicar una comisión si la empresa de la cual somos socios (porque tenemos acciones) realiza algún tipo de operación especial, como una ampliación de capital, desdoblamiento de sus acciones, etc.
- Comisión de traspaso: Si decidimos que queremos traspasar nuestras acciones de un bróker a otro (porque nos ofrece algún servicio especial o tarifas más baratas), el bróker original nos puede cobrar una comisión por el traspaso de acciones de una cuenta de valores a otra.
Otro asunto a tener muy en cuenta es la incidencia fiscal de la inversión en bolsa, que deberemos sumar a las comisiones. Los dos costes, en su conjunto, pueden ser muy dañinos.
Ahora que tengo capital y bróker, ¿qué acciones compro?
He aquí el principal escollo de las inversiones financieras, lo marca el éxito o el fracaso: ¿En qué acciones invierto? ¿Cómo elijo las acciones?
Esta pregunta no es sencilla de responder, puesto que las acciones tienen un precio de mercado, pero también tienen un valor intrínseco que no es fácil de determinar. Tienen sus riesgos y sus fluctuaciones de mercado.
Para seleccionar las acciones hay que realizar un análisis de las mismas, es como tasar el valor de la empresa a la cual pertenecen más los posibles movimientos de las acciones en el mercado (basándonos en la oferta y la demanda).
Como se podrá observar, supone tener presentes muchos factores, tener conocimientos y, sobre todo, tiempo. El asunto se puede complicar más cuando de lo que se trata es de gestionar toda una cartera con diversos activos. Además, se debe tener presente el equilibrio y armonía entre los valores, correlaciones y ponderación correcta de cada uno de los activos que la componen.
En la bolsa existen las mismas reglas tanto para el inversor experimentado como para el principiante. La única diferencia radica en que el primero de ellos está capacitado para realizar una correcta selección y asignación de activos a su cartera. Para empezar a invertir en bolsa se necesita una cierta formación, en caso contrario se corre el riesgo de tener rentabilidades negativas.
Todo esto se puede solventar de un modo sencillo, el inversor nobel puede confiar su inversión a un profesional de las inversiones financieras, invirtiendo directamente en una cartera bien diversificada que sigue una política de inversión conocida de antemano. Nos referimos a la invertir en bolsa a través de fondos de inversión.
Los fondos de inversión como alternativa a invertir en bolsa directamente
Recordemos la pregunta inicial: Quiero invertir en bolsa, ¿por dónde empiezo? Si decidimos canalizar nuestra inversión a través de fondos, invertiremos en toda una cartera de acciones compuesta por un gestor profesional; lo cual, ya elimina el escollo de tener que seleccionar los valores, ahorrándonos mucho tiempo y esfuerzo. El tiempo y el capital necesario para lograr la diversificación adecuada queda superado.
Además, la fiscalidad de los fondos de inversión es más ventajosa. Por supuesto, tienen también comisiones, pero la rebaja fiscal compensa los costes en su totalidad.
Para invertir en fondos de inversión, tan sólo necesitamos saber cuál es nuestro perfil de riesgo y seleccionar un fondo que se adapte al mismo. Si descubrimos que nos gusta la política de inversión que lleva a cabo el gestor, puede ser un buen producto para invertir en bolsa.
En este punto, únicamente resta ponernos en contacto con la entidad que comercializa el fondo (o bien con la propia sociedad gestora) y manifestar nuestro deseo de comprar participaciones de esa cartera. Así de sencillo, no necesitamos nada más para empezar a invertir en bolsa.
Podemos invertir en todo tipo de activos a través de fondos de inversión, no sólo en acciones. Incluso nos está permitido acceder a una cartera en la cual se combinen varios tipos de activos, en mayor o menor proporción de acuerdo con nuestras preferencias y nuestra tolerancia al riesgo. Existen una gran cantidad de fondos de inversión, tantos como estrategias para invertir puedan haber: ¿cuál es la tuya?